

Seguimos recorriendo mi Buenos Aires Querido, esta vez con dirección al barrio de la Boca. Empezaremos por decir que con tan solo llegar, nos cautivó el colorido de la zona. Bastantes referencias teníamos de este sitio por su original y colorida arquitectura, además de muchas recomendaciones acerca de la seguridad, o más bien, inseguridad.

El nombre de La Boca se debe a su ubicación, cercana a la desembocadura en el Río de la Plata. Su intensa actividad portuaria atrajo inmigrantes genoveses que se establecieron y aportaron al desarrollo de la zona con su trabajo.

Sus casitas de madera fueron pintadas con variados colores que venían de la pintura sobrante de los puertos, le dieron un toque único a este barrio cargado de encanto.

Basta llegar para encontrar la foto que la identifica como una postal y conocida en todo el mundo. La principal de las atracciones es la pintoresca calle peatonal Caminito.

En esta calle se aglomeran mujeres caracterizadas de bailarinas de tango que a cambio de una propina posan para las fotos de los turistas que a diario los visitan. Nos parecieron hostigantes porque se abalanzan sin consulta previa.

No toma mucho tiempo el recorrido. Pasamos por curiosas y siempre coloridas edificaciones que albergan restaurantes, bares y de vez en cuando, bailarines de tango que ejecutan su show en plena calle. Si los colores fueran pocos, el tipo de letra es tan bella como el entorno que nos envolvió. Se nos parece a los linotipos antiguos que le dan un sabor a viejo, a añoranza, a la evocación de pasados y mejores tiempos.

Es notorio también la gran cantidad de ventanas que evocan el estilo italiano, aunque bastante más colorido. Debido a la gran cantidad de bares, imaginamos que este sitio por la noche debe tener una intensa actividad lúdica acompañada con las correspondientes consecuencias. No en vano realizamos nuestra visita temprano en la mañana, mas por las recomendaciones que por el conocimiento que podíamos tener.

También se juntan allí miles, bueno, millones de artesanías de todos los tipos imaginables que se ofrecen al turismo. Nuestro espacio en esta aventura era tan reducido que no daba para compras y la verdad, no somos de antojarnos con recuerdos de cada sitio, mas allá de los que nos producen nuestras fotos y estos relatos que compartimos con usted que nos lee.


Este paseo nos resultó divertido, diferente y evocamos los antiguos deseos de estar algún día caminando por estos sitios. Y hoy al fin se cumplía ese deseo que además nos iba a deparar un sorpresa. Nosotros no somos aficionados al fútbol. Poco o nada, con énfasis en nada. Pero en este barrio está uno de los estadios mas famosos de Argentina y porque no, del mundo.

El estadio se nos atravesó en nuestro camino. Literalmente. Esta mole inmensa y famosa que para ser justos no lucía nada monumental, nos recordó queridos futbolistas de nuestro país que lograron su fama precisamente en este estadio. Nos picó la curiosidad y nos compramos los tiquetes de entrada para visitar el Estadio de la Bombonera.

La visita es guiada y en ella nos explicaron el porqué de su curioso sobrenombre. Nos contaron que al arquitecto del estadio le regalaron una caja de bombones y el genio encontró una gran similitud entre esa caja y sus diseños, de modo que se ganó el remoquete de La Bombonera.


Posee una estructura en forma de herradura y un empinado ángulo de inclinación. Los escasos metros que separan el campo de las tribunas permiten una gran proximidad entre los espectadores y el juego lo que hace que el impacto de asistir allí a un partido de futbol se convierta en una experiencia única.

Fueron muchas las historias que nuestro guía nos relató y que seguramente hubiera hecho desbordar de pasión a mejores hinchas, y que a nosotros nos parecieron tan simpáticas como livianas. Eso sí, la sala de trofeos impresiona con su colección de copas y logros obtenidos durante tanto tiempo.

Caminamos por los corredores, estuvimos en las tribunas donde nos contaron que cada puesto tiene un dueño porque el club vende abonos, visitamos los camerinos de local y visitante, sentimos la emoción del guía y de algunos integrantes de la visita, cuando contaba que cuando había un juego de importancia, los cantos ensordecían al angustiado equipo de la visita, que sentía que el estadio se le venía encima y mas anécdotas, para terminar en una sesión alzando la copa a cambio de unas pocas monedas, que nosotros no hicimos.

Debajo de las tribunas está ubicado el museo, este espacio permite revivir la historia de más de 100 años del club.
Al salir de esta visita, sentíamos nuestro estómago pegado a la columna vertebral, de modo que nos fuimos a buscar nuestro almuerzo. Al igual que el estadio, se nos apareció de frente un ventorrillo que ofrecía el famoso y exquisito chori argentino.

Sucumbimos ante esta delicia que aderezamos con abundante chimichurre y comimos como reyes en una callecita, sentados en una rústica mesa de madera en un recodo perdido de este barrio fascinante.

Estamos en la tierra que vio nacer al padre Bergoglio, papa actual de la iglesia católica. La oficina de travel Buenos Aires ofrece el tour del papa Francisco y lo reservamos por su página web. (Si llegaste aquí sin ver la entrada anterior, la página web es https://turismo.buenosaires.gob.ar/es)

Es un tour único para recrear la vida y obra del Papa Francisco o el Papa de la Flores como se lo llama en su barrio natal.
Tomamos el Subte para llegar al sitio de inicio. Este en particular y debido a las distancias entre los puntos de visita, lo hicimos en un cómodo bus. El punto de encuentro fue el barrio Las Flores, en la Basílica de San José de las Flores, que era el sitio a donde asistía la familia Bergoglio los domingos.

Tuvimos la suerte que nuestro guía fue de nuevo Daniel, quien nos guío por el barrio de La Recoleta. Entre lo mas destacado que nos contó, es que el confesionario que mostramos en la siguiente foto, ocurrió la revelación que cambiaría la vida del joven Jorge cuando tomó la decisión definitiva de seguir la vida sacerdotal.

Desde allí partimos hacia la vivienda en la calle Membrillar donde pasó su infancia junto con sus padres y sus cuatro hermanos. También pasamos por el sitio donde cursó sus primeros estudios, la plazoleta Herminia Bruman donde jugaba cuando era chico. Más tarde por el instituto Hipólito Irigoyen donde obtuvo el título de técnico químico. Todos estos recorridos los hicimos cómodamente sentados en nuestros asientos y atendiendo la detallada explicación que nos ofrecía Daniel. Todo esto a costa de no poder tomar fotos debido a que nuestro bus pasaba de largo por todos estos sitios.
En el barrio Villa Devoto vimos la cárcel del devoto donde solía celebrar las misas los jueves santos. Luego pasamos por el seminario metropolitano donde decidió hacerse Jesuita cuando tenía 22 años y vimos la basílica de María Auxiliadora donde fue bautizado.


Más tarde visitamos la iglesia de San José del Talar. Allí hicimos una parada para visitar su interior que alberga la imagen de la Virgen Desata nudos que fue traída desde Alemania y por la que el padre Bergoglio profesaba una especial devoción y que fue mandada a traer por iniciativa de él.
Allí nos dieron la oración que compartimos con ustedes.


Partimos rumbo a la Catedral Metropolitana donde estuvo por mas de 15 años en el arzobispado de Buenos Aires, siendo su lugar de residencia hasta su designación como papa. Cerca de allí, visitamos el Colegio Salvador donde fue profesor de literatura en los años sesenta y nos mostraron los puestos donde solía comprar los periódicos. Terminamos el recorrido en la iglesia de San Ignacio de Loyola.

Esta es la iglesia más antigua de los Jesuitas en Argentina. Fue un tour bastante completo y bien explicado, además de cómodo. Vale la pena y mucho, para quienes somos cristianos. Es un programa de tarde completa.
Complementamos el recorrido por el barrio Monserrat, donde está la iglesia de los Jesuitas y que hicimos en otro día. En la zona se puede visitar el monumento a Julio Roca, el palacio de la legislatura, la manzana de las luces, un complejo que alberga varias construcciones, como la iglesia de San Ignacio, el colegio nacional de Buenos Aires, el primer museo de la ciudad y la librería Ávila, la primera de la ciudad, la farmacia Estrella, una de las mas antiguas que conserva sus muebles y murales originales.

Las distancias en Buenos Aires suelen ser grandes. Por eso decidimos combinar una caminata cuyo destino final sería el barrio de San Telmo.

El clima era helado y con amenaza de lluvias, pero aún así iniciamos este recorrido. Pasamos por el estadio Luna Park o palacio de los deportes donde, como curiosidad, se realizó el velorio de Carlos Gardel. Muy cerca de allí esta Puerto Madero que está ubicado junto al río de la Plata. Es una zona muy exclusiva con espacios muy agradables para pasear. Hay una buena cantidad de terrazas dispuestas para comer y es evidente que es uno de los sitios mas exclusivos de la ciudad.

Uno de sus atractivos, el Puente de la Mujer que fue la primera obra del español Santiago Calatrava en América Latina. Después diseñaría el Museu do Amanha en Río de Janeiro, que esperamos conocer. Aunque el diseño es una síntesis de la imagen de una pareja bailando tango, tratamos de interpretar de forma creativa los propósitos del autor, no logramos evocar esa imagen.

Tal vez sería por el incómodo frío que se nos instaló en nuestros cuerpos. Es un puente peatonal giratorio con uno de los mecanismos de giro más grandes del mundo. Recorrimos un poco más la zona y al aparecer la lluvia escogimos trasladarnos al Barrio de San Telmo.

Llegamos pasado el medio día, así que nos fuimos a uno de sus puntos típicos: el Mercado Municipal.

Este antiguo caserón de estilo italiano alberga en su interior, además de mercados y su agradable zona gastronómica, antiguedades, juguetes antiguos, especias de diferentes tipos y cafeterías. Es agradable en su interior y vale la pena recorrerlo observando con atención la variada y exótica oferta. El edificio conserva su estructura interna original, formada por vigas, arcos y columnas de metal con techos de chapa y de vidrio y en el centro se alza una gran cúpula.

Escogimos el local que mostramos en la foto… no sé porqué. Tal vez la tipología de la letra, los tableros preparados para el día o por el agradable aroma que despedía. Almorzamos muy a gusto y de paso, nos protegimos de la lluvia. Al terminar, nos dirigimos a El Paseo de la Historieta.

El clima estaba bastante malo y además del intenso frío con ráfagas de aire helado, se complico con una lluvia que no paraba. Habíamos seleccionado un tour guiado que comenzaba en este punto , al que solo llegamos nosotros. Bien decía el aviso que se cancelaba en caso de lluvia. Así que nos tocó por nuestra propia cuenta y hacer caso omiso del horrible clima de este día.

Los personajes de Quino se volvieron famosos no solo en su Argentina natal. Se convirtieron en iconos de una postura reflexiva y crítica de los años 60 a 70 y que aún hoy mantiene plena vigencia, porque con su rebeldía al legado del mundo actual, nos hacen pensar en la humanidad y la paz mundial.

Luego fuimos por el pasaje San Lorenzo con destino a La Casa Mínima. Es la casa mas angosta de toda Buenos Aires y la única que queda de este tipo. Estas casas eran para los esclavos libertos, a quienes sus amos les asignaban un pequeño espacio para levantar sus viviendas.

La casa mínima es también conocida por el mito que rondó en torno de ella, porque según la historia, se creía que allí vivió un esclavo liberto a quien le habían donado el terreno.
Después de la visita, nos preguntamos porqué a veces se empeñan en crear hitos para el turismo, que como éste, deja un sabor a vacío acompañado una pequeña risa. Claro, es cuestión de gustos y respetamos las opiniones en contrario.

San Telmo es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de buenos aires forma parte del casco histórico y conserva gran parte de su patrimonio arquitectónico, sus calles empedradas, casas bajas y patios con aljibes sugieren una estampa detenida en el tiempo, se destaca por sus bares, restaurantes y tanguearías y en especial por su amplia variedad de Anticuarios.

En el corazón de San Telmo está La plaza Dorrego, la más antigua después de la plaza de mayo. Todos los domingos esta plaza es el escenario de la feria de antigüedades al aire libre más importante de la ciudad. La plaza es Monumento Histórico Nacional dado que el 13 de septiembre de 1816 el pueblo de Buenos Aires que allí reunió para reafirmar la Declaración de la Independencia, promulgada el 9 de julio de 1816 en el Congreso de Tucumán.

Hay muchos más sitios que visitar en este icónico barrio de Buenos Aires, pero ya cansados del frío y la lluvia, dimos por terminado nuestro recorrido, sabiendo que quedaba entre nuestros pendientes, tal vez, para otro viaje.
Sugerimos descargar la guía gratuita de Buenos Aires que para nosotros fue de gran ayuda, en el siguiente enlace: https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/article/app-travel-buenos-aires
Pare terminar de hacernos una idea de Buenos Aires, fuimos a conocer la popular Feria de Mataderos, porque según la guía, Todo aquel que busca conocer el costado más autóctono y original de la ciudad debe considerar esta feria como escala obligatoria en su estadía.

Esta es una feria nacida hace más de 30 años y cuyo nombre formal ya es todo un anticipo de lo que va a encontrar: “Feria de las Artesanías y Tradiciones Populares Argentinas”. Está ubicada en frente del mercado nacional de hacienda donde llegan las reses de ganado vacuno para ser controladas y vendidas para el consumo interno. Allí se encuentran desde finas piezas de platería hasta mates, ponchos y objetos en cuero. Sobran las opciones gastronómicas y como telón de fondo se pueden apreciar bailes típicos como zambas, chacareras etc. Son estilos musicales típicos de argentina además de los tangos que son más conocidos a nivel mundial, con artistas locales y nacionales. Aquí queríamos apreciar las carreras de Sortijas pero se hacen en fechas especiales y solo por la mañana. Nos acompañó a esta visita Caro, una simpática estudiante brasileña que por esos días se alojaba en la misma casa que nosotros


Almorzamos en la Peña de la Taba, un restaurante típico con muy buena y abundante comida. Pasamos luego a ver el Museo Criollo de los Corrales es la expresión de la cultura criolla dentro de un barrio con mucha tradición rural y del campo ya que allí se instaló el matadero de ganado.

Si deseas visitarla, ten en cuenta que abre los Domingos de 11 a 8 de la noche (de abril a diciembre).
Mucho conocimos, mucho nos faltó. Esta ciudad despliega una enorme cantidad de opciones que a pesar de contar con suficiente tiempo, son imposibles de abarcar. Por ejemplo, no entramos a uno de los teatros más afamados del continente: el Teatro Colón, al que solo pudimos apreciar desde el exterior.

Nos quedamos con la satisfacción de haber vivido unos buenos días en esta ciudad, donde nos cruzamos con gente muy cariñosa y atenta, imágenes imborrables, pizzas y comidas deliciosas y muchos kilómetros mas en nuestros pies. Nos despedimos desde el centro de Buenos Aires: el kilómetro Cero, en la plaza Mariano Moreno.


4 Comments On 100. Buenos Aires. Parte II
Que delicia cada vez me da mas envidia de ese paseo, de verdad que recrea uno el espíritu. Cuando vemos las fotos? ( todas)
Hola. Lamentablemente el navegador, en ocasiones, nos muestra en lugar del nombre un odioso “anónimo”, como en este caso. Toda una aventura que merece ser revivida a través de esa bellas fotos. Un abrazo y nos ponemos de acuerdo para realizar esa actividad. Saludos
Hola parientes, súper las fotos y el recorrido. Un gran abrazo. Espero que estén bien y cuidándose. Un gran abrazo
Muchas gracias por el comentarios. Seguimos en aislamiento y aprovechando estas horas para revivir y compartir nuestros recorridos con sus fotografías. Muchos saludos!