
Transitamos por la enormidad del altiplano Boliviano, un poco en silencio roto por ocurrencias de nuestra visita a Tiahuanaco, como por ejemplo, como no pensar en las figuras tan parecidas a los iconos de un iPhone en el monolito de Ponce, esto en tono de chiste. Pero aquello de la puerta inter estelar que a veces con escepticismo, a veces con imaginación desbordada nos hacían brincar de la imaginación a la cordura en un mismo segundo. Y bueno, continuamos hacia nuestro hostal en La Paz, un poco tarde para nuestro gusto. En total recorrimos 122 kilómetros y pagamos un peaje de BOL 7,50.
Lo primero que sorprende es atravesar El Alto por su enorme congestión, especialmente de peatones que invaden las vías a su antojo. El Alto posee mayor población que La Paz y desde allí, tomamos el descenso por una zigzagueante vía hasta el barrio Sopocachi, ya sobre las 7 de la noche. Conducir en La Paz es todo un reto, porque al ser una hoyada, no tiene vías rectas y más bien son ramificaciones que tienen sus propias calles que no siempre conectan con el destino al que deseamos llegar. Por fortuna la aplicación de google maps nos llevó sin ningún error y guardamos la negrita para iniciar nuestra estadía en esta ciudad.
La temperatura nos resultó agradable pues pensábamos que sería mas fría y con días soleados es muy cómoda y las noches frescas en la que solo necesitamos una chaqueta ligera. En nuestras lecturas descubrimos que su nombre es nuestra señora de La Paz y es la sede de el gobierno del estado plurinacional de Bolivia y la tercera ciudad más poblada después de Santa Cruz y El Alto. Está situada en un cañón formada por el río Choqueyapu y esta rodeada por altas montañas, entre ellas el imponente Nevado del Illimani. La Paz es una de las ciudades más altas de el mundo.
Iniciamos nuestro recorrido a pie por la plaza Abaroa, muy cerca de nuestro hostal y desde allí, tomamos un trufi, que son los pequeños buses que atraviesan la ciudad y que nos llevaría al centro de La Paz. Caminamos por el mercado de las brujas y sus calles aledañas llenas de gente y vendedores ambulantes, hasta llegar a la plaza San Francisco de estilo barroco mestizo. Es la más antigua de la cuidad, centro donde se hacen las manifestaciones en La Paz, esta vez con los maestros a cargo de las protestas. Según nos dijeron, no hay día en que no haya alguna manifestación.
En este sitio se comprende mejor el significado de estado plurinacional debido a las diferentes culturas que se mezclan, iniciando por los pueblos indígenas con sus típicos atuendos, los ejecutivos con sus trajes elegantes, los trabajadores de la zona. Es una gran ciudad en la que la ausencia de armonía está presente y se mezclan la modernidad con las raíces de sus ancestros dandole un toque diferente y único. Fastidia un poco el olor de las calles que son usadas como letrinas, especialmente a los costados de la basílica menor.
Luego visitamos la plaza Murillo cuyo nombre es honor a Pedro Domingo Murillo que fue el principal prócer de la revolución. La historia relata que el 16 de julio de 1809 se llevo a cabo la batalla donde participaron insurgentes que buscaban acabar con el dominio español. Este suceso llamado el primer grito de independencia de América Latina tuvo como líder a Pedro Domingo Murillo, quien venía efectuando junto a otros revolucionarios reuniones clandestinas que dieron paso a la declaración de independencia. Es muy curioso que siendo el primer grito de independencia de nuestra América, hayan sido los últimos en obtenerla en 1825
La proclama señalaba: “Valerosos habitantes de La Paz y de todo el Imperio del Perú, revelad vuestros proyectos para la ejecución, aprovechaos de las circunstancias en que estamos, no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar entre todos, para ser en adelante tan felices como desgraciados. Hasta el presente”
En esta plaza está el Palacio de gobierno, llamado popularmente Palacio Quemado tras sufrir un incendio en 1875 y es el Palacio Presidencial de Bolivia, sede principal del Poder Ejecutivo y la sede de funciones del presidente de Bolivia que permite visitas los jueves en horario de oficina. En el mismo costado del palacio está ubicada la catedral metropolitana que no pudimos conocer pues permaneció cerrada y al otro costado está el palacio legislativo que tiene en su fachada un simpático reloj que gira hacia la izquierda y que funciona a la perfección. Cosas curiosas.
En la esquina de la sede legislativa se encuentra el kilómetro cero desde donde se empiezan a medir todas las carreteras en Bolivia.
Caminar por esta ciudad implica tomar sus pausas porque entre la altura y las subidas, el aire falta y el cansancio se hace mayor de modo que es mejor tomárselo con calma y tal vez, imitar a los lugareños con su “caramelo” de coca que infla sus mejillas y les agrega energía extra. Hoy la ciudad está congestionada por el desfile de independencia de Bolivia (6 de Agosto de 1825) y están desfilando más de 60 colegios y aprovechamos la ocasión para relajarnos un poco.
Mas tarde decidimos tomar el bus turístico ruta B y para ello nos dirigimos hacia el parque Isabel la Católica, un bonito sitio muy cerca de la plaza Abaroa.
Allí tomamos el bus turístico que nos llevaría hacia el sur de la ciudad y al valle de la Luna, pagando BOL 70 p.p.
Paseamos por diferentes sitios de la ciudad cómodamente sentados y vemos lo moderno con lo antiguo en una extraña mezcla que no luce del todo bien. Al llegar al sur, el panorama cambia y la ciudad es otra: modernos edificios y amplias avenidas mas organizadas, modernas y comercio formal. Es casi tanto como llegar a una nueva ciudad en un sitio distinto que en nada se parece al centro de la capital.
El sur es la gran cuidad moderna dentro de La Paz ademas de tener valles planos y un clima un tanto mas templado, con vías mucho mejor dispuestas debido a su topografía plana. Muy cerca, está el valle de la luna donde paramos unos 20 minutos para realizar un recorrido con nuestra guía.
Hay que pagar BOL 30 p.p. e hicimos una corta caminata en medio de formaciones rocosas. El nombre fue dado por Neil Amstrong el primer hombre en pisar la luna quien se encontraba de visita en Bolivia y al ver el parque afirmó que parecía el paisaje lunar.
El recorrido toma casi tres horas y regresamos a la plaza Isabel la Católica donde decidimos continuar con la ruta A que nos lleva por el centro de la ciudad y apreciamos los barrios allí ubicados.
Luego visitamos el mirador Killi Killi de donde se puede apreciar La Paz en toda su extensión y volvimos a tener una vista preciosa del Illimani.
Esta ciudad es la sede del poder político aunque la capital del país es Sucre. Durante el recorrido es imposible dejar de observar las inmensas marañas de cables que están pegadas sobre los muros de las viejas construcciones. A ver como le hacen para un mantenimiento. Debe ser una tarea de titanes. Aquí terminamos con los recorridos turísticos y ahora lo vamos a hacer por nuestra propia cuenta.
La Paz es una ciudad que aunque no tiene metro, ha construido un sistema de teleférico que comunica la ciudad de El Alto, con el sur y varias lineas mas que están en plena construcción y nos fuimos a conocerla de otra forma, tomando la línea amarilla para hacer una transferencia con la verde y caminar por el sur.
Sin duda que es la mejor solución de transporte para los habitantes dada la topografía de la zona y con un precio realmente económico de BOL 2 por trayecto. Paseamos por el sur, en especial por su agradable avenida Ballivian sobre la que se ubican bonitos barrios y una muy organizada zona comercial.
Aprovechamos para comprar un convertidor de 220 a 110 voltios, arreglar algunos cables que se nos habían dañado en Perú y hasta fuimos a misa. Estar en el sur es estar en una ciudad diferente, más organizada y bonita. Con su diferencia de casi 1000 metros de altura, se siente un clima mucho más agradable y se hace más divertido tomar una caminata por el sector. Hicimos el trayecto de regreso hasta la estación Sopocachi y hacia nuestro hostal, conocimos el montículo y la plaza España.
Otro sitio interesante para conocer es la calle Jaén (en el centro), donde se encuentran al menos 10 museos, hay bares, restaurantes y comercio. Esta calle de corta extensión tiene un gran significado histórico pues en esta vivieron patriotas que lucharon por la libertad en 1809 como Don Pedro Domingo Murillo y Apolinar Jaén. Las viviendas en esta calle son conservadas por su riqueza patrimonial y en la actualidad funcionan como museos.
Contrario a lo que nos habían advertido, la gente nos resultó simpática y amable. En los comercios son un tanto hoscos si vas con curiosidad a preguntar precios, especialmente las llamadas “cholitas” que tal vez estén acostumbradas a realizar la venta de inmediato. Con las comidas tuvimos muy buenas experiencias, eso si, evitando las ensaladas y los jugos.
El Alto, el barrio más grande de La Paz y el complejo urbano más grande de Bolivia, prácticamente es una ciudad paralela. Se encuentra sobre los 4000 metros en la zona más alta y plana. Allí está el aeropuerto de la ciudad. Para subir tomamos la línea roja en una estación muy agradable y hoy, por ser día de mercado en El Alto, está bastante concurrida y con una cola demorada.
Cuando iniciamos el recorrido resalta la gran cantidad de casas terminadas en ladrillo a la vista que le confieren ese color rojizo que se extiende por kilómetros con algunas pocas edificaciones que resaltan por su colorido. Volar sobre las empinadas laderas nos da una visión de esa Paz diferente con pinta de favelas, de callecitas empinadas y torcidas que serpentean sobre la montaña.
Y al llegar a la estación de El Alto, se inicia un punto de quiebre. Se terminan las laderas y comienza una enorme planicie en la que viven más de un millón de habitantes en una ciudad completamente diferente a La Paz donde la gente invade las vías, el tráfico no avanza, la actividad comercial es intensa y si volteas a mirar, la vista del Illimani y la cordillera Real, siempre nevada, es muy bella.
Visitamos el gigantesco mercado callejero, llamada la feria 16 de julio, uno de los mas grandes de Bolivia, donde venden “de todo”. Es una multitud de vendedores que invaden las calles en casetas con artículos nuevos, usados, originales e imitaciones. Caminamos alguna de sus calles para hacernos a la idea de lo que era este mercado y encontramos un curioso graffiti que decía: “Ladrón pillado será quemado”. Los precios son realmente bajos y nos sorprendió encontrar repuestos usados para los vehículos, que ya con algo de óxido creemos que difícilmente tengan algún comprador. En otra zona se ubican los vendedores de carros y motos nuevas y usadas, junto a las bicicletas, ropa, alimentos y muchos etcéteras. En fin, mejor verlo desde arriba que caminando, ¿no?
Finalmente dimos un paseo en este inmenso barrio que se extiende por varios kilómetros más sobre una llanura bastante fría en la linea azul, al servicio de El Alto.
En nuestro estilo de viaje preferimos los destinos de naturaleza y paisaje más que las grandes ciudades, aunque es inevitable conocer ciudades que como esta, nos demuestran la desinformación que producen los medios masivos que con su carga de sensacionalismo, deforman la realidad. La Paz en una ciudad que aunque con contrastes, está llena de gente buena, amable y humilde. Seguro que pasan cosas como en cualquier ciudad del mundo, pero nosotros por aquí paseamos con la mayor tranquilidad, comimos muy bien y disfrutamos de unos días que seguro vamos a recordar.
Te dejamos nuestra selección de fotos en Flickr 🙂
Las “tres ciudades” de La Paz (El Alto, el centro y el sur) tienen su encanto y sus notables diferencias que la complementan y la hacen un lugar para recorrer lento y disfrutarla.
Que buen inicio por Bolivia y seguimos por las rutas de la aventura de nuestras vidas.
Hasta la próxima.
3 Comments On 52. En las cumbres de los Andes: La Paz
Me gustó mucho increhible topografía abrazos
Gracias y abrazos
Buena peladitos. Un abrazote.