
¡ Bienvenidos a la Carretera Austral !
El recorrido que inicia en Puerto Montt y termina en Villa O’Higgins tiene 1.247 kilómetros, aunque en el futuro podría llegar hasta Puerto Williams. En 1976 por iniciativa del general Augusto Pinochet se iniciaron las actividades con mano de obra del ejército chileno. Hoy tiene sectores pavimentados y otros en ripio.
Las poblaciones son pequeñas o muy pequeñas, rodados de una singular belleza. Con muchas montañas, bosques, lagos y campos de hielo que atesoran las bellezas de la Patagonia chilena, además de la fauna, que suele recorrer libremente estos parajes.
Fueron muchas horas las que invertimos estudiando esta ruta y ahora que estamos en el punto de inicio, vamos a resumir las previsiones que tomamos y que nos funcionaron a la perfección.
- ¿Es necesario un vehículo 4×4? Realmente no lo es, al menos durante la época de verano – otoño. Nosotros la recorrimos a bordo de la negrita, una camioneta 4×2 con motor de 2.000 C.C y no tuvimos el más mínimo problema. También vimos toda clase de vehículos incluyendo autos pequeños.
- Alistamiento. Este punto es de vital importancia. Debes asegurarte que el estado de tu auto sea óptimo para que la experiencia también lo sea. En Puerto Montt cambiamos las llantas (ruedas) por unas especiales para todo terreno. No son baratas pero si muy necesarias. Revisamos y cambiamos amortiguadores traseros, frenos y líquidos. Dejamos la negrita como nueva.
- ¿Es toda en ripio? Hay sectores perfectamente pavimentados y otros en ripio en buen estado (cuando la recorrimos) y caminos secundarios con los que hay que tener cuidado, aunque son transitables. Nuestra experiencia fue buena y recomendamos tomar precauciones, como conducir por el centro porque la vía no es plana. Tiene forma de “huevo” y el ripio es suelto. Otro tema es que la vía es estrecha por lo que es mejor conducir a una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora. ¿Y quien tendría prisa con estos paisajes?
- ¿Es necesario llevar combustible adicional? Unos opinan que no, otros aseguran que sí. Pues nosotros compramos un bidón en La Copec de 20 litros y la cargamos, por si las dudas. Las distancias son largas y siempre que vimos una Copec, llenábamos el tanque. Nuestra autonomía es de 550 kilómetros más 240 en nuestro bidón. El valor va aumentando a medida que se va mas hacia el sur pero siempre encontramos donde cargar sin agotar la reserva. Nuestro consejo en este punto es que siempre cargues combustible y lleves el tanque lleno.
- Llantas (ruedas) de repuesto. Nosotros llevamos nuestra llanta auxiliar a pesar que habíamos leído que era mejor llevar dos porque el ripio siempre las rompía. Otros escribían que al menos una vez, habría que cambiar la rueda. Nuestra experiencia fue que ni una sola vez tuvimos que cambiar debido, creemos, a que eran nuevas.
- ¿Cual es el tiempo para conocer? Para recorrer este paraíso en auto, diez días alcanzan para visitar los lugares mas representativos. Nosotros estuvimos por 20 días y nos hubiera gustado más, pero no queríamos estar para el invierno por estos lados. Y no hay que olvidar la ley que dice “el que apura en la Patagonia pierde su tiempo” y si puedes disponer del tiempo a tu antojo, recorre esta maravilla al ritmo del paisaje. Así que buena parte de la respuesta es tu disponibilidad y una buena planeación.
- Compras: donde hacerlas. Entre más al norte, más barato. Mientras te internas en la austral y más pequeña sea la población, los precios irán en aumento. Nosotros nos abastecimos en Puerto Montt ya que tenemos el espacio suficiente para hacerlo e íbamos re-abasteciendonos en las ciudades mas grandes y de paso, apoyando la economía local, que es otra forma de hacer turismo responsable.
- Alojamientos. Existen todas las opciones para descansar bien, desde campings hasta bellos lodges. Todo depende de tu presupuesto. Para nosotros la primera opción, es aprovechar los sitios naturales que generalmente están indicados en iOverlander, además de los que vamos viendo. Es toda una experiencia convivir con la naturaleza, más allá que sea gratis.
- Efectivo o tarjetas. Siempre debes llevar efectivo en la carretera austral. Encontramos cajeros en las principales ciudades pero no te expongas. Podría ser un verdadero dolor de cabeza.
- ¿Cual época es la mejor? Para nosotros la respuesta es sencilla: el verano o el otoño. Nos agrada más el clima cálido y manejar sobre nieve no es nuestro fuerte. Además en invierno pueden producirse cortes en las vías, lo que dificulta la experiencia. Pero hay los amantes de la nieve y aventura, de modo que la respuesta adecuada es lo que a ti mas te guste. Nuestra experiencia fue en verano fue realmente alucinante.
- Presupuesto. Aunque la respuesta depende de lo que cada uno haya planeado, no nos libramos de los ferris, hospedajes, compras, combustible y los gastos de atracciones turísticas. No resulta nada barato pero vale cada centavo que gastamos. Es imposible dar un presupuesto, pero podemos en cambio ilustrar las páginas que contienen tarifas para consultas y armar cada uno el suyo. Transportes Austral y Navimag para revisar el costo de los Ferris. Para el tema de alojamientos consultar en los portales especializados com Booking, AirBnB, y para disfrutar y compenetrarse con la naturaleza, iOvelander no puede faltar.
Por el enorme atractivo hemos dividido en tres tramos nuestra aventura. En esta primera parte, recorreremos hasta el Parque Nacional Queulat.
Iniciamos nuestro recorrido en el kilómetro 0 que está en la costanera de Puerto Montt. Ibamos muy felices al iniciar otro sueño: recorrer esta mítica carretera. Llenamos el tanque e iniciamos la marcha hacia este destino tan esperado.
Llegamos a la caleta La Arena donde se toma el primer transbordador que nos pasaría a Puelche. No es necesario reservar y se ingresa por orden de llegada.
Este era nuestro primer transbordo de esta carretera bimodal por el que pagamos CLP 9.800. Iniciamos el proceso de embarque y atravesamos el estuario de Reloncaví en unos 45 minutos. El primer transbordo tenía un buen sabor y lo disfrutamos a fondo. El paisaje empieza a cobrar forma a develar lo que tendríamos mas adelante.
El tránsito por la carretera pavimentada hacia el sur lo hicimos tan lento como pudimos y degustamos los primeros sorbos de este capítulo de la aventura. Nuestro objetivo próximo era llegar hasta Hornopirén, considerada la puerta norte de la carretera austral.
En verano con días largos, son fáciles aprovechamos ese tiempo extra para recorrer. Caminamos por el parque principal y fuimos directo a información turística donde con la habitual buena atención, nos entregaron mapas, buena información y una calcomanía de recuerdo. Salimos a recorrer el parque que es grande y muy bonito la mayoría de construcciones alrededor son de madera de una sola planta, su iglesia es pequeña y está dedicada a la Sagrada Familia. Camino a la costanera pasamos por la feria artesanal que ya estaba cerrada y al final del día vimos la caída del sol. nuestra noche la pasamos haciendo fila para el embarque de el día siguiente.
El embarque inició muy puntual a las 8 am, luego que nos revisaron nuestros tiquetes (que habíamos comprado en Chiloé) . Esta ruta debe reservarse con anticipación, especialmente en verano.
Fue un viaje inolvidable. Desde la barcaza apreciamos las altas montañas de Los Andes en su esplendor y las escarpadas riberas de los fiordos y vimos cómo estos penetran hacia la cordillera. Observamos una tupida vegetación que visten las murallas de piedra que componen este paisaje. También tuvimos tiempo de compartir con personas muy agradables como Felipe, Armando y Sonia, viajeros en ruta.
Una vez llegamos a caleta Gonzalo se reanuda el viaje por tierra llegando al Chaitén, más o menos 60 kilómetros. La lluvia hizo su presencia y el día se tornó oscuro y triste.
El Chaitén está localizada entre grandes atractivos naturales como son: el Parque Pumalín, las termas del Amarillo, el lago Yelcho y su volcán el Chaitén.
Recorrimos el pequeño pueblo y nos dirigimos hacia las termas del Amarillo donde disfrutamos de las cálidas aguas que están rodeados de naturaleza y frondosos bosques que permiten una desconexión total. Vale la pena una visita.
Nuestro siguiente visita fue al parque Pumalín. Este parque es un area Silvestre protegida de carácter privado y acceso público de inmensa belleza. Sin duda es el mejor parque en el que hemos estado en Chile.
Es de propiedad del millonario y filántropo naturalista Douglas Tompkins, fundador de la compañía The North Face y este fue su primer gran proyecto en este país: el Parque Pumalín. Hoy en día una reserva natural privada ubicada en la provincia de Palena, que cuenta con más de 325.000 hectáreas de bosque templado húmedo que justamente hoy pasará a manos del estado chileno, siendo la donación mas grande de tierras por parte de un privado. Ojalá con la incorporación a la Conaf, mantenga su belleza.
Hicimos el trekking por el sendero de Darwin con un tiempo de dos horas aproximadamente. Es un sendero fantástico, bien organizado con puentes de madera en medio de un bosque hermoso, ríos y una tranquilidad enorme.
La caminata no resulta fatigosa. Nos sentimos dentro de un cuento, atravesando puentes sobre arroyos de agua cristalina y una belleza muy especial. Es un lugar de visita obligada en esta ruta.
Nos encanta la naturaleza, la tranquilidad, los colores y vivir esta experiencia que queremos reflejar en palabras e imágenes para quienes nos leen, aunque sabemos que nos quedamos cortos porque no estamos preparados técnicamente para escribir. Pero realizamos nuestro mejor intento. Dejemos que las imágenes reflejen de lo que estamos hablando 🙂
Al salir de la caminata tomamos la dirección contraria a donde estaba estacionada la negrita y caminamos, caminamos y caminamos…
Siempre nos parecía que detrás de la próxima curva estaría el estacionamiento. Y nada. Después de varios kilómetros y ya cansados y porque no decirlo, malhumorados, hicimos señas a una camioneta para pedir ayuda y muy gentilmente nos llevaron a nuestro sitio, que estaba en dirección opuesta.
Moraleja: no te salgas de los senderos señalados. Gracias a nuestros amigos por la ayuda.
El volcán Chaitén entró en actividad en mayo de 2.008 obligando a la evacuación de la población, afectando también poblaciones de Argentina, incluso hasta en Buenos Aires fue necesario cerrar vuelos debido a la densa nube que llegó hasta allí. Hoy ya se han recuperado de esa tragedia y nos pareció curioso que la remodelación de el parque lo hicieran precisamente con el material expulsado en esa erupción.
Aún nos quedaba un día adicional para el embarque en el ferri y ya habíamos conocido las principales atracciones de esta zona Como la lluvia no cesaba decidimos ir al puerto para tratar de adelantar nuestro viaje con tan buena suerte que había cupo disponible.
Esta navegación fue necesaria debido a que la carretera estaba cerrada en Santa Lucía por una avalancha ocurrida días antes, siendo lo usual continuar por la vía. El horario que seleccionamos fue el de las 11 de la noche y navegamos alrededor de 7 horas, así que dormimos cómodamente a bordo de la negrita y llegamos sobre las 6 de la mañana al puerto Raul Marín Balmaceda.
Es un puerto pequeño, nada relevante y feo. La carretera corre paralela al río Palena, de un paisaje maravilloso.
La vía está en pésimas condiciones. Un ripio suelto muy peligroso. La única ventaja es que no tiene tráfico y tan solo la recorríamos quienes habíamos hecho la anterior navegación. Atravesamos el canal Garrao y el fiordo Palena en un pequeño transbordador.
Al llegar a La Junta, llamado el pueblo del encuentro hay quienes afirman que es el verdadero punto de inicio de la carretera austral. Tiene todos los servicios y visitamos el parque principal, la plaza del encuentro.
Está en pleno corazón de la región de Aysén y bañado por los río Rosselot y Palena, que se juntan en la zona. Hay muchas actividades como kayaking, camping, trekking, cabalgatas, paseos en bote y lancha, fotografía y excursiones al Parque Nacional Queulat y a la reserva Nacional Lago Rosselot.
Sobre la vía principal está el hito que rememora la titánica tarea de comunicar estos pueblos patagónicos. Una obra que además de lo anterior, la convirtió en una de las carreteras escénicas más relevantes en el mundo.
Continuamos al sur en dirección a Puyuhuapi sobre una vía pavimentada en su gran mayoría. Este trayecto se destaca por un farallón rocoso y más al sur, atravesamos el río y el lago Risopatrón, un gran espejo de agua, rodeado de enormes montañas y bosques con abundantes Ñires y Lengas. Un deleite a los sentidos.
Son lugares privilegiados en donde la belleza se condensa. Tan diferentes a todo lo que hemos conocido, con una paz que invade agradablemente nuestro espíritu.
Pasamos por la entrada norte del parque nacional Quelat y después de unos 45 kilómetros, llegamos a Puyuhuapi un pueblo pequeño con servicios básicos, excelente información turística y que es visible el recuerdo de los colonos alemanes a través de su arquitectura. Preguntamos donde podíamos hacer algunas compras y agua.
¿Agua? Nos pregunta la encargada. Y nos explicó que estamos una zona que además de su belleza tiene agua pura y natural. Y desde aquí nuestros gastos en agua embotellada desaparecieron.
Recorrimos el pueblo y encontramos una pintoresca capilla que recuerda al misionero italiano Antonio Ronchi, “el curita rasca”. Cuenta la historia que era un soñador y un incansable trabajador en esta región de Aysén donde a pesar que ya falleció, aún se le recuerda en distintas partes donde hay salones de edificios públicos con su nombre, su rostro dibujado en antenas de radio, su nombre en las escuelas. Nuestro respeto a este hombre que dejó una profunda huella marcada que se niega a desaparecer en estos confines de la tierra.
Más al sur encontramos el valle del río ventisquero, donde se encuentra la entrada al ventisquero colgante que hace parte del parque nacional Queulat (tierras lejanas). Pagamos CLP 6.000 por el ingreso al parque y CLP 20.000 por dos noches de camping.
Nos instalamos y almorzamos con sabor a casa para después realizar el sendero el Aluvión.
Aunque es bastante corto, está diseñados para contemplar la naturaleza, los ríos y una exhuberante vegetación verde. Muy verde. Vivir estos caminos hacía parte de un sueño planeado meses atrás confiriendo una sensación mágica, cercana a la felicidad.
Nos encantó recorrerlos lentamente hasta llegar al mirador del ventisquero, una mole azulada y enorme de hielo que se apreciaba a lo lejos.
Regresamos a nuestro campamento y hasta allí llegaron unas jóvenes españolas que viajaban a pie con sus mochilas y más tarde, una pareja de alemanes, ya mayorcitos, en sus bicicletas. Hemos visto muchísimos viajeros de todas condiciones y edades que se suman a la filosofía viajera.
Aprendimos a entender que cada viaje es una historia muy personal que se escribe cada día y se comparte con una sonrisa.
Ver felices a nuestros compañeros alemanes de campamento, exhaustos por pedalear sobre vías de ripio, mojados por la llovizna y hambrientos nos hizo reflexionar sobre nuestra historia, entendiendo que a ninguno de los siete que estábamos hoy aquí en medio de una tarde noche fría y pasada por agua, nos hacía falta nada, porque a pesar de las incomodidades teníamos lo que queríamos: libertad, paisaje, tranquilidad y mucha empatía con las personas de las que antes solíamos desconfiar.
El sendero que conduce al ventisquero colgante es la ruta más importante en el parque Quelat. No es larga, poco más de 3 kilómetros con algunas subidas fuertes que en realidad no son difíciles.
Llegar al final del sendero es una cosa. Otra es caminar por esta maravillosa escenografía con una belleza que no atinamos a describir a plenitud.
Es una mezcla de sensaciones que en suma nos producen alegría y felicidad.
El inicio del sendero nos lleva levemente hacia el río los témpanos y se cruza una gran pasarela de madera que se alza sobre un río de color blanquecino por su alto contenido de sedimentos glaciares para más adelante tomar la bifurcación hacia el mirador.
La cuesta serpentea por un camino estrecho que nos llevó hacia el mirador del canal y la isla Magdalena, donde aprovechamos para tomar un descanso. Nuestra edad no es obstáculo para avanzar, además somos unos perfectos porfiados en pleno disfrute de nuestra segunda juventud:-)
El camino es una obra de fantasía, tapizado de verde pleno con bellísimos ejemplares de Mañíos, Collies, Lengas y Ñires.
El sol realzaba aún más el verde que se confundía a veces con la sombra.
Luego de esta caminata llegamos al mirador del ventisquero desde donde pudimos observar la enorme lengua del glaciar con sus caídas de agua. Todo un espectáculo.
Era temprano y estábamos solos en el sitio, lo que nos permitió observar tranquilamente esta belleza que estaba ante nuestros ojos. No recuerdo cuanto duramos y aprovechamos para experimentar esta sensación de tranquilidad y de alegría.
Que suerte que tuvimos una visión perfecta en un día despejado.
El camino tapizado de verdes nos condujo de regreso hasta llegar a la laguna de los témpanos desde donde es posible realizar una navegación que cuando llegamos, ya estaba cerrada.
Es bonito invertir cada minuto de tu vida en experiencias inolvidables. Si puedes y quieres, no esperes más. La recompensa es enorme.
El resto del día conversamos con los viajeros y disfrutamos de una deliciosa comida casera en nuestro campamento.
No te pierdas el resumen en fotografías de estos impactantes sitios, haciendo click sobre las fotos de abajo. Nuestra ruta sigue y en nuestra próxima historia recorreremos el segundo tramo, donde la magia sigue.
Fotos Hornopirén
Fotos El Chaitén
Fotos Parque Nacional Queulat
14 Comments On 78. Bienvenidos a la magia de la Carretera Austral. Parte I
Eduardo
me encantó su relato y tremenda utilidad ahora estamos en familia haciendo este hermoso y anhelado viaje de muchos años pensado estamos en hornopiren esperando cruzar el Diai 7 de febrero a caleta Gonzalo para seguir viaje.
Que maravilla Eduardo. Espero que la hayas pasado muy bien!
Me encantó esa arquitectura de los pueblitos los trabajos en madera en fin y el paisaje lo máximo Dios está presente en todo esto abracitos.
Son sitios realmente bellos, con una riqueza natural inmensa. Muchos abrazos
Que maravilla, que paisajes mas bello, no hay duda que la mano de Dios esta en toda esa belleza, y que rico para ustedes poder disfrutar de ese regalo que les ha dado la vida, un abrazo grande.
Gracias 🙂 Y lo mejor es lo que viene. un abrazo
Excelente relato muy bien . Muy util . me encanto
Gracias Italo. Sitios maravillosos e inspiradores.
Saludos 🙂
Martica hermoso viaje la verdad se la han gozado los felicito un abrazo grande
Toda una experiencia, saludos 🙂
Silvia Artola
Es un privilegio de muy pocos hacer lo que uds están haciendo. Gracias por compartir lo bello de nuestro planeta, por dejarnos conocer lugares a donde a lo mejor no llegaremos. Un abrazo y una palmadita en el lomo de “la negrita”.
Bellos sitios, Silvia. Realmente es un privilegio poder vivir esta maravillosa experiencia y a bordo de la negrita, de lo mejor 🙂
Un abrazo
Espectacular ese viaje !!!! Abrazos y gracias por todo la información ??
Muchas gracias 🙂