99. Buenos Aires. Parte I

Seguimos en la aventura de nuestra vida a bordo de la negrita, esta vez por la ruta que conduce desde Córdoba hasta Buenos Aires. Excelentes carreteras y como lo bueno hay que pagarlo, los peajes aparecen con mucha frecuencia y marcan una gran diferencia con otras regiones de Argentina, por ejemplo, la lejana Patagonia y la ruta 40 en donde no pagamos casi nada.
De camino hicimos una visita al Santuario de Nuestra Señora de San Nicolás, una recomendación recibida de días anteriores.
Escogimos como destino San Fernando, en la zona norte de la capital, una cómoda casa a 27 kilómetros de la capital con un excelente costo/beneficio o al menos esa fue nuestra primera impresión.
Es importante entender que el Gran Buenos Aires (GBA) es una mega cuidad que ronda los 18 millones de habitantes y contiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y su conurbación.

Las grandes ciudades nos atraen bastante menos que los espacios naturales, pero nuestra intención es conocer, recorrer y compartir. El sitio que escogimos estaba convenientemente situado frente a la parada de la estación del tren de la costa y a seis cuadras de la estación Mitre que nos conectaba con la estación central en Buenos Aires. Estábamos muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora de Aranzazu, la municipalidad y la zona comercial.

Durante nuestra visita el invierno estaba en pleno apogeo y nos resultaba molesto, pero nuestra habitación era bastante cómoda y caliente. Decidimos quedarnos 17 días para tener el tiempo suficiente para recorrer sin prisa pero sin pausa, esta enorme ciudad y también, tener la posibilidad de tener algunos días de descanso muy merecidos luego de tantos kilómetros.
Haremos nuestro resumen de los sitios que visitamos, que ni son todos ni son pocos. Fueron variados e interesantes y los vamos a dividir en dos historias debido a la extensión. En esta primera parte se incluye el centro de la ciudad y sus alrededores.

Iniciaremos por nuestra visita al majestuoso edificio del Congreso. Es un bellísimo edificio que ocupa una manzana completa.

Tuvimos la suerte de poder realizar una visita guiada por su interior, acompañados de nuestra anfitriona de AirBnB quien trabajaba allí. El edificio se distingue por su cúpula que alcanza los 80 metros y su estilo es ecléctico romano. Seguimos recibiendo información de los estilos arquitectónicos, aunque no terminamos de aprender debido a que cuando reconocemos alguno, nunca falta una variación o una nueva palabra que nos echa al piso el conocimiento previo. Lo que si podemos afirmar es que su interior bien vale la pena una visita.

Tenía salones grandiosos, espacios de debates sobriamente adornados y una enorme biblioteca, donde nos obsequiaron una copia de constitución de Argentina.

Para quienes tengan interés, hay visitas guiadas que requieren reserva. Al terminar, luego de casi una hora, nos despedimos de nuestra anfitriona y caminamos por la Avenida Mayo, que une el Congreso con la Casa Rosada y que alberga a su paso la famosa Plaza de Mayo, donde fundó esta ciudad en 1580 Juan de Garay. Desde aquella época, todo tipo de acontecimientos han tenido como epicentro esta histórica plaza.


Para nuestra visita también encontramos los famosos quilombos, que son manifestaciones públicas o protestas. Y habían de varios tipos, eso sí, en absoluta calma. El edificio más representativo de la capital es La Casa Rosada sede del poder ejecutivo.

Este palacio ocupa el predio donde se erigió el fuerte de Buenos Aires. El edificio actual, es el producto de la fusión de dos construcciones: la del palacio de los correos y el antiguo palacio de gobierno. Reservamos una visita guiada por la página web con unos días de anticipación. Puedes reservar en la página https://visitas.casarosada.gob.ar/

La leyenda cuenta, según la tradición popular, que el color de la casa no es accidental sino que tiene un profundo sentido simbólico. Durante las cruentas guerras civiles argentinas de la primera mitad del siglo XIX, protagonizadas por los bandos unitario y federal, estos dos partidos habrían utilizado, para identificarse, los colores, blanco y rojo, respectivamente. Sarmiento habría ordenado pintar la casa de rosado, ya que éste color es la mezcla de los anteriores, y así simbolizar la paz duradera y la unión de los partidos bajo un mismo orden democrático.

Interiormente encontramos el patio de honor: que estaba ornamentado con cuatro palmeras Yatay y una fuente de origen francés, la escalera Italia, el salón blanco donde se realiza la transmisión de mando presidencial, el salón Eva Perón que fue utilizado ocasionalmente por ella cuando presidía la fundación que lleva su nombre y hoy día es utilizado para la reunión de gabinete presidencial y la escalera Francia que da acceso al sector presidencial.

El salón de la foto de arriba es la que se usa para cuando se posesiona el presidente. Es bastante más pequeño que lo que muestran las imágenes de televisión debido a que tiene muchos espejos. Si el tiempo te lo permite, te recomendamos la visita. Es gratis, entretenida y no toma más de una hora.
Al terminar la visita nos dirigimos al Museo Casa Rosada ubicado a la vuelta. Fue construido con los restos de dos edificios históricos : la aduana de Taylor de 1.855 y el fuerte de Buenos Aires del siglo XVIII. La entrada es gratuita.


El museo posee miles de piezas de carácter histórico y artístico que abarcan desde el periodo hispánico hasta los presidentes de argentina con 200 años de su independencia y en este lugar se hace un repaso a los hechos más relevantes de la historia del país. Es realmente interesante visitarlo para tener una idea de los cambios acontecidos durante la historia argentina.

Nos encantó el mural del artista David Alfaro Siqueiros, “ejercicio plástico” que es considerado como una obra cumbre del arte latinoamericano. Fue restaurado y recuperado y hoy es patrimonio nacional. Es bien interesante tomarse el tiempo para visitar su interior.


El Museo del Cabildo, situado en un costado de la Plaza de Mayo y frente a la Casa Rosada, es una visita muy interesante para conocer los comienzos de la ciudad de Buenos Aires y cómo se llegó hasta la independencia en 1816. La entrada cuesta 15 pesos y vale la pena hacer la visita guiada.


Otro de los edificios que no se pude pasar por alto en los alrededores de la Plaza de Mayo es la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Aunque puede pasar desapercibida, ya que no tiene torres, dentro se encuentra el mausoleo de José de San Martín, conocido como el “padre de la patria” por sus victoriosas campañas para conseguir la independencia de Argentina, Chile y Perú. Parece mas un edificio romano que una iglesia.
Dentro de la catedral también hay un museo en honor al Papa Francisco, porque desde 1998 hasta su consagración, Jorge Bergoglio fue arzobispo de Buenos Aires. El horario de la iglesia es de lunes a viernes de 8 a 19 horas y sábados y domingos de 9 a 19:30 horas. Dispone de un servicio de visitas guiadas

Preparados como estábamos para las largas caminatas, continuamos por los alrededores, conociendo y visitando emblemáticos edificios. Mencionamos los que para nosotros fueron los más significativos. En primer lugar, el Palacio Barolo, edificado por Luis Barolo, progresista y poderoso productor agropecuario quien quiso conservar las cenizas del famoso Dante Alighieri, mandó construir un edificio inspirado en la obra del poeta, “la divina Comedia”. Hay visitas guiadas que se pueden reservar en su página web https://palaciobarolo.com.ar/. Este edificio tiene un gemelo en Uruguay.


El café Tortoni fue fundado en 1858 y es el mas antiguo de la ciudad. En su interior han estado personajes como los escritores Jorge Luis Borges, Luigi Pirandello, Federico García Lorca y Julio Cortázar, así como los músicos Arthur Rubinstein y el mítico Carlos Gardel. ¿Sabías que en el Café Tortoni Carlos Gardel tenía siempre una mesa reservada para él, lejos de la vista de sus admiradores? Nosotros entramos al icónico lugar, atiborrado de gente, con meseros que se afanaban por entregar sus pedidos y una cola de espera para acceder a alguna de sus mesas. No nos sentamos por dos cosas: primero porque al parecer, quienes entran allí, mueren :-). Y lo segundo, el valor del café era excesivamente alto.

Nos resultó impresionante el gran parecido de esta ciudad con otras europeas, tanto por su arquitectura afrancesada y la buena planeación de sus vías y andenes (veredas) que marcan una diferencia con las otras capitales que habíamos visitado, mucho más estrechas, mas atiborradas al mejor estilo español.

Continuamos la caminata por el barrio Monserrat, luego hacia El Obelisco. Es el mayor emblema de la ciudad, construido para recordar el cuarto centenario de la fundación, de tanta importancia como la torre Eiffel de París o la estatua de la libertad en Nueva York.

En este lugar fue izada por primera vez la bandera Argentina y está ubicado en la intersección de la avenida 9 de Julio, una de las más anchas del mundo y la calle Corrientes, uno de los principales polos culturales de Buenos Aires.

Uno de los puntos de reuniones para manifestaciones políticas y de los logros deportivos. Está en el barrio de San Nicolás, en donde también se encuentra el teatro Colón.

Nos paseamos por los primeros barrios edificados de esta ciudad como este, San Nicolás, mientras tomábamos muchas fotos. Pasamos al barrio El Retiro y visitamos la Plaza San Martín, una de las mas antiguas de la ciudad, escenario de hechos históricos y donde el general instaló los cuarteles de regimiento de granaderos a caballo.
En este barrio está el centro financiero de Buenos Aires, aunque también tiene uso residencial con galerías comerciales como la Galería Pacífico.


Esta galería tiene unas bóvedas pintadas al mejor estilo del arte romano, todo un espectáculo. A pocos pasos de allí, La calle Florida es tal vez una de las más típicas y fácil de visitar ya que se trata de un pasaje peatonal, atiborrado de gente y con locales comerciales para todos los gustos, espacio en el que eventualmente se presentan parejas que bailan tango.


Ya de camino hacia la estación central, donde tomaríamos nuestro tren con destino a San Fernando, visitamos la Torre Monumental, conocida también como la torre de los ingleses. Como se ve en la foto ya era tarde en la noche y aunque Buenos Aires no es una ciudad que intimide, mejor tomamos las precauciones propias al visitarla.

Como lo habíamos esbozado antes, el recorrido en tren hacia San Fernando tomaba casi una hora y media y si a esto le sumamos el cansancio por las enormes caminatas, pues hacía que nuestra selección de AirBnB fuera bastante regular. Con solo los costos diarios de transporte seguro habríamos accedido a una mejor ubicación. Mas tarde concluimos que fue un gran error.

Si quieres conocer el mundo, lo mejor es usar tus pies. No hay mejor forma. Buenos Aires ofrece para sus visitantes una buena cantidad de tours que además de económicos, resultan bastante completos y entretenidos.
Nos decidimos visitar La Recoleta con una visita guiada que resultan bastante más entretenidas que leyendo las guías que habíamos comprado y descargado. Las encontramos de casualidad en una de nuestras caminatas. Te resulta interesante? Te dejamos la dirección para que revises los recorrido y hagas tus reservas: https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/article/visitas-guiadas

Tomamos el metro y luego un bus que nos llevó hasta La Recoleta. Allí estaba Daniel, un tipo cálido que nos saludó con una gran sonrisa. Al reunir el grupo nos dio la bienvenida y comenzamos este nuevo capítulo por uno de los barrios mas elegantes, con bonitos edificios, zonas comerciales y su famoso cementerio, que estábamos a punto de visitar.

El origen de este barrio se remonta a principios de siglo XVIII cuando la orden franciscana de los Recoletos establecieron un convento, un cementerio y la iglesia de Nuestra Señora del Pilar. A finales del siglo XIX la epidemia de fiebre amarilla atrajo a las familias mas ricas hasta este barrio, dado que se encontraba en uno de los puntos más altos y seguros de la ciudad. Desde entonces se convirtió en uno de los mas elegantes y caros de la ciudad.

Empezamos en el Bar de la Biela, uno de los mas emblemáticos de la ciudad y ubicado en pleno corazón de este agradable barrio y por donde han pasado personajes ilustres que le han hecho ganar su fama.

Luego iniciamos nuestra visita al Cementerio de la Recoleta ubicado en la antigua huerta de los monjes Recoletos, uno de los lugares más visitados por los turistas. Abarca un terreno de mas de 50.000 metros y contiene mas de 4.800 bóvedas con personajes tan famosos como Evita, que es el punto mas visitado.

Alberga en su interior impresionantes esculturas y mausoleos bellamente construidos haciendo de este sitio, un museo al aire libre que ofrece la posibilidad de disfrutar de una completa clase de historio y de arte.

La tumba más famosa se oculta discretamente por uno de los pasadizos. No es un mausoleo pomposo como imaginamos al principio. Es una ventaja muy grande ir en compañía de un guía que nos narró animadamente historias y datos muy interesantes. Este tour aparece como gratuito, pero por supuesto, que al final es recomendable dar una buena propina.

Al salir visitamos la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, monumento nacional. Es una iglesia proyectada por los jesuitas donde se conservan majestuosos retablos, imaginería y ornamentos originales.


Su altar mayor es una pieza muy singular con ornamentación inca del alto Perú, muy ricamente trabajada en plata y los altares laterales son barrocos uno con la talla en madera de San Pedro de Alcántara Co-patrono de la iglesia y el otro el altar de las reliquias fue regalo del rey Carlos III de España.

Seguido a la iglesia está el centro cultural de la recoleta que originalmente albergaba al convento de los recoletos. A este edificio con el transcurso de los años se le dieron diversos usos tales como asilo, hospital, cuartel etc y finalmente se proyectó como centro cultural. Hoy día consta de varias salas de exposición, un auditorio y un anfiteatro y su fachada se decora haciendo referencia al tema de la exposición que se esté llevando a cabo.

En La Recoleta está el Museo Nacional de Bellas Artes, inaugurado en 1895.

Para nuestra sorpresa, la entrada era gratuita y alberga la mayor colección de arte en Argentina. Más nos sorprendió aún encontrar obras originales de artistas universales como El Greco, Goya, Rodin, Rembrandt, Rubens, Renoir, Degas, Cézanne, Chagall y Picasso. Cuando una nación comprende que el acceso a la cultura es para todos, va en el camino correcto.
La facultad de derecho es otro pedacito que conocimos en La Recoleta, uno de los edificios más conocidos en Buenos Aires.

Su imponente belleza llama a miles de personas por lo menos hasta su escalinata principal a tomarse una foto. El edificio de la Facultad de Derecho se comenzó a construir en 1949 pero no fue hasta 1960 que fue finalizado, edificando un enorme recinto neo clásico con influencias de templos grecorromanos.
La facultad y sus alrededores, nos encantaron. Además el día alegre, con un sol brillante que se combinaba con intensas ráfagas de frío, tuvimos una placentera caminata en la que vivimos la experiencia bonaerense durante un buen rato.
Nos encanta compenetrarnos dentro de estos espacios, confundiéndonos con sus gentes, respirando ese aire tan especial y viviendo sin ninguna prisa.

Luego caminamos a la Floralis Genérica: Esta imponente escultura de 20 metros de alto que domina la plaza Naciones Unidas fue donada a la Ciudad de Buenos Aires por su autor, el arquitecto argentino Eduardo Catalano.

Está realizada en acero inoxidable y aluminio y pesa 18 toneladas. Es la primera escultura en movimiento controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas.

Descansar en las butacas dispuestas alrededor de la obra resulta doblemente gratificante: primero, es una pausa en la larga caminata y segundo, porque podemos apreciar la obra en toda su magnitud.
La obra se inauguró el 13 de abril de 2002. Su nombre, “Floralis Genérica”, es un homenaje a todas las flores. Se trata de la proyección de un sueño de su creador, el de construir una estructura en gran escala que refleje el dinamismo de nuestro tiempo.

Pocos años después de su inauguración se rompió debido a que una tempestad forzó sus pétalos y rompió el mecanismo. La Floralis estuvo por años abierta las 24 hs, pero el miércoles 10 de junio de 2015, la Floralis Genérica recuperó el movimiento de apertura y cierre según el sol.

Caminamos por la plaza mitre y Francia y volvimos al centro cultural de la recoleta hasta llegar a la Avenida Alvear tal vez una de las mas elegantes de la ciudad con un estilo parisino. Llegamos al Ateneo Grand Splendid, una de las mas hermosas librerías de todo el mundo, ubicada en la avenida Santa Fé.

Para nuestro concepto, esta librería es sencillamente espectacular. La pasión que nos comunica la lectura enmarcado en este magnífico edificio, nos conquistó. Hasta ahora era el sitio mas apasionante con el que nos habíamos encontrado. No recuerdo cuanto tiempo nos detuvimos allí, pero no fue poco. Caminamos por cada uno de sus pisos, hurgamos entre los estantes y curioseamos libros de la mas diversa índole y descubrimos con gozo que la cultura aquí, había erigido el palacio mas bonito del mundo.

Erigida sobre el antiguo cine teatro Grand Splendid en el Barrio de Recoleta, conserva su antiguo esplendor y elegancia, con la cúpula decorada con frescos, las barandas originales y la decoración intacta. En el antiguo escenario –con el telón de terciopelo entreabierto– funciona un bar que invita a sentarse libro en mano. También se pueden aprovechar los sillones que están a ambos lados de la sala principal o bien ubicarse en los exclusivos palcos que funcionan como pequeñas salas de lectura.

En el subsuelo funciona un sector dedicado a los libros infantiles, y el piso superior está dedicado a muestras y exposiciones. Un sitio obligado de visita en Buenos Aires, digno de gastar unas buenas horas en su interior.

Y siguen más recorridos e historias por esta enorme ciudad que nos ha conquistado con sus espacios de cultura, su arquitectura, la planeación de sus majestuosas avenidas, su comida, su gente.

Eso sí, en tu visita a Buenos Aires, prepara tus pies y abre tu mente, tómate un descanso en los cafecitos de la calle y deja que el corazón de esta ciudad palpite dentro tuyo. No te pierdas la próxima entrada.
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