82. Guía para aprovechar la visita al Glaciar Perito Moreno.
Dejamos atrás El Chaltén. Recorrimos el Lago Viedma por la R23 que nos conectó con la RN 40. Es un tramo muy turístico y transitado de la provincia de Santa Cruz. Es muy común cruzarnos con mochileros, viajeros en moto, en bicicleta de todas partes del mundo. Por nuestra aplicación iOverlander nos instalamos junto al río Santa Cruz en un espacio a campo abierto, aprovechando para lavar a la negrita.
Nos separa de El Calafate solo unos pocos kilómetros sobre una vía en excelentes condiciones. Atravesamos el valle del Río Leona que conecta el Lago Viedma con el Lago Argentino. Más adelante nos encontramos con el ancho Río Santa Cruz que tenía un color azul profundo. Llegar al Calafate es la puerta de entrada al majestuoso mundo de los glaciares.
La población queda a orillas del Lago Argentino con sus resplandecientes aguas verdosas. Un oasis de álamos, sauces y pinos al borde de la estepa patagónica. Ya habíamos visto los enormes campos de hielo con sus glaciares en las ruta austral chilena y pensábamos que este nuevo atractivo natural nos iba a causar un menor impacto. Ya lo veremos.
El Calafate es una población que vive del turismo y todo está bien dispuesto para los visitantes que a diario inundamos sus calles. Es muy bonito y nada barato.
Visitamos el punto de información turística, recibimos las explicaciones a nuestras inquietudes y con mapa en mano nos fuimos directo al Camping El Ovejero que resultó grande y muy bien organizado, dentro de la ciudad. Y desde aquí iniciamos una actividad que nos gusta y hace falta: caminar.
Encontramos la oficina del PN Los Glaciares y visitamos el centro de interpretación. Es grande y completo. Nos ilustramos sobre el tema de los glaciares, la protección que tiene el área del parque, el origen y la función que cumplen. Como anillo al dedo para nuestra próxima visita. Viajar despierta la curiosidad y aquí encontramos la historia (de la que no teníamos idea alguna) de don Francisco Pascasio Moreno.
Francisco P. Moreno, mejor conocido como el perito Moreno, fue un científico naturalista, explorador de la patagonia, nacido en Buenos Aires en 1.852.
Desde pequeño mostró interés por la naturaleza y a sus escasos 12 años, fundó junto con su hermano una exhibición de piedras raras y huesos prehistóricos, a la que llamaron un poco exageradamente museo de historia natural. A los 21 en su primera expedición a la patagonia descubrió su amor por la historia de pueblos aborígenes del sur argentino.
Murió en 1.919 después de explorar y producir los mapas de gran parte de esa zona. Por su conocimiento, el gobierno argentino lo nombró perito (experto) en límites geográficos y lo premió con una gran extensión de tierras patagónicas, que sin embargo no conservó, porque vendió la mayoría para crear comedores escolares destinados, sobre todo, a los niños aborígenes. El resto lo donó al Estado para crear el primer Parque Nacional, ahora llamado Nahuel Huapi.
Viajar es una buena forma de aprender y especialmente de mantener ese bichito de la curiosidad que no se cansa de lanzar interrogantes. Los viajes sin duda nos cambian. Y esta es una de las formas en que lo hace 🙂
Organizamos nuestra “agenda” para los dos días siguientes y les contamos que hay que tener en cuenta. Lo primero es entender que cuando compramos las entradas, la validez era sólo por el día. Aunque nos explicaron que se puede extender hasta el siguiente, haciéndolas sellar al salir, por el guarda parques. El costo es de ARS 600 (unos U$30) p.p. Dentro del parque, que está a casi 80 kilómetros de El Calafate, hay un completo sistema de pasarelas que te permiten divertirte de lo lindo. Allí mismo está la posibilidad de realizar una navegación y ver las paredes del glaciar, así como realizar una excursión para caminar sobre el hielo con crampones. Otra posibilidad es navegar por los ríos de hielo, que parte desde el puerto punta bandera, en el otro extremo de la entrada al glaciar Perito Moreno.
Cada una de las opciones mencionadas tiene su costo y no resultan nada baratas. Nosotros decidimos realizar la navegación por los ríos de hielo por la que pagamos casi U$200 por los dos en la empresa Solo Patagonia donde nos atendieron muy bien. Puedes revisar y reservar en línea accediendo al enlace.

Entrada al PN Los Glaciares.

Puerto Banderas.
La navegación iniciaba a las 9 de la mañana, así que salimos temprano y recorrimos casi 50 kilómetros hasta el puerto, luego de registrar nuestra entrada al PN. Una vez a bordo de el cómodo catamarán, atravesamos la Boca del Diablo, puerta de acceso natural al brazo norte de el Lago Argentino.
Los azules témpanos que flotan en la superficie del canal Upsala nos resultaron muy llamativos, tanto por su tamaño como por su color. Además era la primera vez que pasábamos tan cerca de ellos. Al llegar al glaciar, entendimos que cada experiencia es única. Y esta en especial, nos encantaba.
Nos detuvimos frente a la enorme lengua glaciar, uno de los puntos especiales de la navegación.
Continuamos al glaciar Spegazzini con sus paredes altísimas, el más alto del PN. Una vista impresionante y muy novedosa para nosotros. A pesar de haber visitado los campos de hielo, esto resultaba muy entretenido.
¡Fue un espectáculo maravilloso!
También pudimos apreciar los glaciares Heim, Peineta y Seco. Los guías realizaron un excelente trabajo con la información completa de la glaciología, geografía, historia, flora y fauna de el lugar.
Esta navegación fue uno de los mejores espectáculos naturales que hemos visto. Una verdadera experiencia que de paso, sirvió para festejar el cumpleaños de Martha.
La visita al Perito Moreno es otra experiencia muy bella y diferente. Dejamos estacionada la negrita y caminamos hacia las pasarelas que tienen varios circuitos.
Nos hipnotizó desde el primer momento. Esa enorme masa de hielo que avanza y se rompe con un estruendo magnífico, es única.
Nos sentamos en diferentes sitios para sentir el movimiento de esa gigantesca mole, porque es una curiosidad que aquí, vimos con los oídos 🙂
El tiempo parecía que se había detenido y no queríamos irnos. Creo que a todos nos pasa. Son lugares que te retienen 🙂
Al terminar nuestra visita encontramos el carro de Caro Caracol, una viajera argentina que hasta ahora había sido una amiga virtual a la que seguimos en las redes sociales. Para nuestra sorpresa estaba con los amigos de visita por el mundo, Jennifer y Yesid, viajeros colombianos en su motocicleta.
Compartimos un café y una buena charla viajera de esas que surgen sin dificultad, como si nos conociéramos de mucho tiempo.
Esta es otra forma como nos ha cambiado esta aventura. Personas casi desconocidas se convierten en contactos importantes de nuestra lista, sugieren sitios que no teníamos planeados y nos generan perspectivas diferentes de temas iguales, lo que hace que las conversaciones sean muy interesantes. Y por añadidura, sin importar de donde vengan, como viajen o como hablen, nos inducen a entender que todos somos iguales 🙂
Cuanta belleza se reúne en este sitio que bien ganada tiene su inmensa reputación. Al final del día nos instalamos en el camping Roca, gratuito y sin mayores servicios aunque con una vista espléndida hacia el Lago Roca.
Si quieres ver mas fotos, te dejamos a continuación, nuestra enlace a la página de Flickr. Hasta la próxima.
Perito Moreno
Ríos de Hielo
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