18. LA RUTA DE LA SIERRA: Provincia de Imbabura: sus paisajes andinos, lagos y tradiciones.
Salimos de Quito con destino a nuestro alojamiento en la laguna de Yahuarcocha. Imbabura es un destino turístico permanente. Esta provincia conserva una diversidad importante de paisajes y de culturas. Paisajes andinos dominados por el Taita Imbabura y la Mama Cotacachi y una veintena de lagos en cuyos entornos se asientan ciudades y comunidades indígenas, que aún conservan sus ritos y tradiciones.
La provincia de Imbabura se divide en 6 cantones:
Antonio Ante (Atuntaqui).
Cotacachi
Ibarra (Capital).
Otavalo
Pimampiro, Ecuador
Cantón San Miguel de Urcuquí
Distancia de Quito a Yahuarcocha: 120 kilómetros. Se pagan dos peajes: uno saliendo de quito a 0,60 y otro en cayambe a 1 dolar. Carretera en perfectas condiciones.
En nuestro paso hacia Ibarra, visitamos un sitio acerca del que habíamos leído y nos generaba interés, que es la verdadera linea equinoccial o latitud 0°0’00”
El reloj solar de Quitsato, es el primer y único monumento de la mitad del mundo, que se encuentra exactamente en la línea Ecuatorial o paralelo Cero. Es un sitio bien adecuado y está muy distante de ser el pomposo parque temático que visitamos en Quito.
Averiguamos la razón y la respuesta que encontramos, es que hasta ahora, con mayor tecnología se ha podido determinar con precisión. El sitio tiene un enorme reloj solar, de 54 metros de diámetro, elaborado en piedra y con diferentes líneas que señalan los solsticios y los equinoccios y con un gran poste de 10 metros de altura. Es un lugar, en el que con las ilustraciones que recibes de los guías, entiendes los movimientos aparentes del sol, como funcionan las estaciones, el calendario agrícola, entre otros. En días despejados, es posible ver el Cayambe, aunque ese no fue nuestro caso. Hay que pagar u$2 p.p. y es una visita de unos 30 minutos.
Luego pasamos por Cayambe, región que es la capital de las flores. Después de probar sus ricos bizcochos que son famosos, tomamos la ruta por Ayora-Olmedo y Zuleta, donde empieza la ruta de los bordados, que pasan por la Magdalena, Angochagua y la Esperanza. Y De allí, nos dirigimos a Yahuarcocha. Desde aquí, planeamos estar unos 9 días para conocer la zona. Hay mucho por ver!
Al día siguiente, tomamos rumbo a Otavalo, por una vía secundaria, para disfrutar de los pequeños pueblos y resguardos que no se pueden conocer desde la panamericana. Saliendo desde Ibarra, hay que desviarse por San Antonio, para dirigirse en primer lugar a Iluman. Es muy característico los trajes tradicionales y los lugareños se toman en serio su apariencia. Las mujeres llevan blusas blancas con flores tejidas en vivos colores y largas faldas de lana. Las fachalinas, un pequeño pañuelo sus hombros. Los hombres, ponchos azules y pantalones blancos, alpargatas y una gran trenza larga. Aunque entre los más jóvenes, se aprecia en algunos, peinados modernos. Nos detuvimos un buen tiempo y disfrutamos de una boda católica entre dos indígenas del lugar, con su música. En ésta comunidad indígena, hay famosos chamanes y practican ritos de diferentes especies. Disfrutamos de la colorida ceremonia y poco nos faltó para felicitar a los felices novios, y esta es una de las geniales diferencias que otorga el poder viajar lento y a tu ritmo.
Desde allí, nos dirigimos a las cascadas de Peguche, en donde está la comunidad del mismo nombre. Tienen un gran parqueadero habilitado para el turismo y se paga u$1 dólar. Durante la fecha de nuestra visita, estamos en el carnaval, por lo que hay un poco más de algarabía, espuma (o carioca) y es costumbre mojar a los transeúntes o tirarles harina de colores. De camino hacia el parque, hay puestos de comida y venta de artesanías.
Resultó ser un parque bastante bien organizado, con senderos cómodos y espacios para que los visitantes puedan pasar un día, muy agradablemente.

Piscinas Incas en Peguche
Dentro del parque, encontramos casas típicas de los indígenas, pequeños puestos de comida, las piscinas incas y las cascadas: su atracción principal, que tiene 30 metros de altura y 6 metros de ancho, a la que llegamos por senderos bien conformados, aunque por un camino ondulado.
Además, se puede encontrar una segunda cascada de 6 metros de alto, en la parte superior, tomando un sendero bastante empinado. Nos gustó bastante que en el parque hay gente de todas las condiciones, disfrutando de esta atracción y eso tiene un buen mensaje de igualdad y convivencia.

Cascadas de Peguche.

El popular sevichocho.
Es una vista muy bonita, pero como estaban en fiestas, se hizo complicado su recorrido, ya que hasta espuma nos tiraron, Allí, probamos el popular cevichocho. Nos arriesgamos y resultó ser muy rico. Es un “ceviche” con chocho, que es un frijol en Ecuador, además de maíz tostado, jugo de tomate espeso, cebolla roja, fritas de plátano verde en rodajas, ají y limón. Todo esto lo sirven con la apariencia de un ceviche de camarones, pero sin camarones y por solo u$1.
Luego, hacia Otavalo, que está a solo 5 minutos. Los Otavaleños son conocidos por ser hábiles comerciantes y expertos tejedores y son los indígenas mas ricos y con mayor éxito comercial en todo el Ecuador. De echo, no nos resulta extraño, porque en muchos sitios del mundo que hemos visitado, los encontramos vendiendo sus productos. La plaza de los ponchos, es tal vez, el sitio más turístico de Otavalo, también es conocida como Mercado Centenario.Es la mayor feria artesanal del Ecuador y hay quienes aseguran de hispanoamérica y de preferencia, hay que visitarla los sábados, aunque está funcionando todos los días a menor escala. El día sábado, además de la pintoresca plaza, en sus calles se instalan vendedores, que ofrecen su producción artesanal en barro, pintura, madera, bisutería, además de sus tejidos, muy bien elaborados y de vistosos colores. Nos llama la atención, que aunque poco, ya se ven productos baratos procedentes del exterior y que desvirtúan un poco el comercio de esta zona.

Mercado de Otavalo

Venta de especias en el mercado de Otavalo
Hay que destacar que el grupo étnico con mayor representatividad son los Otavalos, pero asisten otros grupos étnicos que también acuden a este lugar como: los Kichwa Cayambis, Kichwa Caranquis, Afro Ecuatorianos, Mestizos, entre otros. Es una explosión de colores, no solo en sus tejidos. Desde los ventorrillos de especias hasta los de pinturas (muchas de ellas, copias de las obras del maestro Guayasamín) alegran los sentidos. El trato recibido de los vendedores es siempre amable, pero eso no significa que no haya que regatear.
Desde la plaza de los ponchos, llegamos hasta el parque principal, donde está la alcaldía, una bonita construcción, donde además está la iglesia de San Luis, (de Nuestra Señora de las Angustias), en cuya hoja parroquial, está el evangelio que viene en español y traducido al runa shimi o kichwa. Pero la misa es totalmente en español.

Parque principal de Otavalo
A unos 4 kilómetros al oeste de Otavalo, está la laguna San Pablo que se encuentra a los pies del Volcán Imbabura, de la cual fluye el agua que se descarga por la Cascada de Peguche. En sus alrededores puede encontrar artesanías propias del lugar, hoteles, restaurantes. Se pueden realizar actividades acúaticas en el muelle Araque. No estuvimos mucho tiempo, porque el paisaje no nos resultó muy agradable. En esta laguna, se lleva a cabo la famosa travesía natatoria que se realiza año tras año por motivo de la fiesta del Yamor.

Lago San Pablo
La feria de animales de Otavalo, se realiza en un espacio de terreno de 2.000 metros, ubicado a un costado de la panamericana norte. En ella se han destinado diferentes áreas para la exhibición de las especies animales. Es un simpático mercado, donde se ofrecen vacas, cerdos, conejos, patos, pollos, cuyes, además de un pequeño sector venta de tejidos y una zona de comidas típicas. Nos resultó muy agradable y la forma de comerciar es digna de verse, pues el vendedor inicia la oferta tipo subasta y va bajando el precio de los artículos, hasta que el comprador, seducido por la oferta, compra.
Aunque no está dentro de los programas turísticos, si tienes tiempo, vale la pena que des un vistazo a esta típica postal de Otavalo.

Amigos grupo LAMA
Al final de la tarde, nos saludaron unos integrantes del grupo LAMA, que es una asociación de motociclistas sin fines de lucro, amantes de las rutas y del moto turismo, a quienes les llamó la atención nuestro carro y muy amablemente nos invitaron a compartir con ellos en su reunión del capítulo de Otavalo. Realmente fueron muy amables. Por fortuna, Martha conoce parte de la historia del grupo, debido a su amiga Claudia Ríos, quien es la campeona mundial de ruta de LAMA. Dentro de ese evento, el canal regional de televisión, nos entrevistó acerca de nuestra aventura por América del Sur. En la noche asistimos a su reunión y cenamos, dentro de un ambiente muy agradable. Agradecemos a Fausto, Alexandra y Edison, por la oportunidad de compartir estos agradables momentos! Momentos como estos, son los que le dan toques muy especiales a nuestro viaje. Conociendo a gente tan interesante, agradable y a quienes también les encanta viajar.

Parque Matiz en Cotacachi
También aprovechamos para conocer Cotacachi. Se encuentra ubicada a 15 minutos de Otavalo, siguiendo la Panamericana Norte y tomando un ramal al occidente. Se ha convertido en sinónimo de curtidores, con una muy oferta en artículos de cuero. Allí compramos una muy buena correa de cuero, por tan solo u$8. Caminamos por el parque principal, el parque y la iglesia Matiz, recorrimos la calle dedicada a la música, el museo de Las Culturas, que estaba cerrado y finalmente, la calle 10 de Agosto, donde está la actividad comercial principal, además de restaurantes.
Cotacachi ha sido declarado Cantón Ecológico y ha recibido varios reconocimientos y galardones por su positiva gestión. De allí, salimos a visitar la laguna de Cuicocha. Está dentro de la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas y es el sitio más visitado de la misma por la buena accesibilidad que tiene. Esta laguna es conocida como laguna de los Dioses o Tsui-Cocha y es de origen cratérico. La particularidad de esta laguna es que en su centro están ubicados dos islotes que llevan los nombres de Teodoro Wolf y José Maria Yerovi, separados por el “Canal del ensueño”. Estas islas son producto de pequeñas erupciones que siguieron a la erupción principal.

Laguna de Cuicocha
Es un sitio especial, que nos cautivó! Con un bello azul turquesa. Recorrimos el sendero de la ruta sagrada, que corresponde al calendario solar, al calendario lunar, sitio de ofrendas y el baño ritual. Luego seguimos por el sendero de las orquídeas, donde caminamos unos 700 metros y nos regresamos. Este sendero se puede recorrer por el borde de la montaña que delimita la laguna Cuicocha.

Laguna de Cuicocha.
Sitios que como estos, tan esmeradamente preservados, ofrecen la tranquilidad, el silencio y el paisaje ideal para relajarse y disfrutar plenamente. A la entrada, han constuido un sitio, donde ilustran la historia de la laguna, con mapas, maquetas y fotografías, además de una pequeña muestra de las viviendas que existen en la reserva Cotacachi Cayapas. Es un sitio imperdible, si viajas por esta zona del Ecuador.
El lago es considerado sagrado, cuyas aguas son escenario de ritos de purificación chamánicos. Cada año, en tiempo del solsticio de verano, se realizan baños de purificación a las orillas del lago. Hay un bonita leyenda del gigante y la laguna.
Reunimos nuestras mejores fotos de este sitio en Flickr. Si te gustan, compártelas y si te gustan mucho, ¡suscríbete! 🙂
Saliendo de allí, realizamos el recorrido por el valle del Intag, que se encuentra justo a la salida de la laguna Cuicocha. Es un gran descenso, pero antes se pasa por un bosque de niebla espectacular. Pasamos por Tablachupa, Pucará, Apuela y llegamos a Peñaherrera. Vimos el rio Intag, muy transparente y blanco, que es precisamente uno de los atractivos de esta zona.

Río Intag
El recorrido se hace sobre una carretera asfaltada, angosta y muy sinuosa y con un fuerte descenso. Observamos no pocas caídas de piedras y en algunos sectores, la vía se reduce a un carril, por lo que hay transitar con precaución. Nos sorprendió que los sitios señalados en el mapa, que al parecer eran pueblos, son conjuntos de casas, muy pequeños y con muy poca gente, con excepción de Apuela y Peñaherrera. Es una zona rica en pisos térmicos y abundante agua, con una vegetación frondosa y muy verde.

Bosque de niebla, reserva del Intag
También visitamos las lagunas de Mojanda. Allí hay un parador simple con sus sillas de madera, aunque con muy poca gente. Es un lugar que fascina por su tranquilidad y belleza.

Laguna de Mojanda
Este complejo de 3 lagunas se encuentra ubicado a 16 km (40 minutos) de Otavalo, a 3.720 metros y con una temperatura del entorno de 8°C. Estas lagunas se encuentran rodeadas de montañas elevadas como el Fuya Fuya, que es un lugar propicio para la aclimatación, razón por la que varios andinistas lo visitan antes de ascender a montañas más altas. Iniciamos nuestra visita a la Laguna Grande y continuamos el camino, con tan mala fortuna, que debido a las lluvias y el mal clima, nos quedamos atascados en un paso que estaba muy fangoso. Para nuestra buena fortuna y luego de clamar por la ayuda divina, nuestro carro salió del mal paso y pudimos regresar, aunque quedó completamente bañado en un barro negro, que nos tocó retirar a orillas de la laguna, de modo que nos permitiera conducir de regreso. Otro sitio muy especial, que recomendamos visitar, preferiblemente en horas de la mañana, porque la neblina lo cubre en la tarde. No hay edificaciones, ya que es reserva natural, lo que lo hace muy tranquilo.
Y claro, visitamos Ibarra, la capital de la provincia del Imbabura. En una amplia y verde planicie a los pies del Volcán Imbabura, ciudad de tradición española que goza de un clima privilegiado y en la que conviven variedad de culturas y razas que enriquecen y hacen única a la provincia, apodada la Ciudad Blanca, “a la que siempre vuelves”. Recorrimos sus plazas y los bellos parques, que dejan ver la variedad de su

Basílica de La Merced, Ibarra
arquitectura. Estuvimos en el parque de la catedral, conocido como Pedro Moncayo. Su catedral es muy antigua, aunque no es muy bonita. Y es que luego de visitar los monumentos de Quito, en especial La Compañía, por comparación, las demás iglesias ya no lucen tan espectaculares. Caminamos luego por el parque La Merced. Allí está la Basílicia, dedicada a la virgen, del mismo nombre. Allí nos colocamos las santas cenizas y nos fuimos a la plaza Santo Domingo o plaza Boyacá. Muy linda, tanto de día, como de noche, aunque su interior, no es muy bonito.

Parque Santo Domingo.
En esta plaza hay un obelisco en homenaje a Simón Bolivar. No dejes de saborear los helados de paila, que ofrecen en los locales aledaños a las plazas principales. Además de su tradición, son deliciosos. Aconsejamos también visitar el mirador del Arcángel San Gabriel, que ofrece una vista espectacular. Se puede observar Ibarra desde lo alto así como la laguna Yahuarcocha, el volcán Cotacachi, que al fin se dejó ver para nosotros y el Imbabura, que estuvo esquivo y nublado.

Volcán Cotacachi.
Durante estos 9 días, estuvimos alojados junto a la laguna Yahuarcocha, que es otros sitio que vale la pena visitar. Nos alojamos en la finca Sommerwind. Un buen sitio para camping, manejado por una familia alemana y que ofrece todas las comodidades con un precio muy accesible: u$5 dólares p.p. noche.

Camping en Summerwind

Con Claudia y Freinz
Es un sitio que acoge viajeros de todo el mundo, en especial europeos. Son gente muy amigable y a pesar de su dificultades, se hacen entender bien en español. Unos de ellos, Claudia y Freinz, fueron muy entusiastas y amigables, con los que pudimos compartir buenos momentos.
Si cuentas con tiempo, es una provincia que vale la pena disfrutar, compartir con la gente, además de su agradable clima.
Ahora, seguimos en ruta hacia Latacunga, provincia de Cotopaxi. Hasta la próxima!
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