50. Cruce de fronteras: Perú – Bolivia
Ya cumplimos 6 meses 15 días y mas de 17000 kilómetros en una aventura que nos está cambiando interiormente. Es el viaje el que nos está haciendo a nosotros, no al contrario y nos dejamos llevar al compás de las sonrisas y abrazos de nuestros nuevos y desconocidos amigos, paisajes maravillosos y recuerdos imborrables.
Partimos desde Puno hacia el sur por una vía en muy buen estado, muy agradable porque por un lado está el lago Titicaca y por el otro el inmenso altiplano. Nuestra primera parada es en el templo de la fertilidad de Chucuito, cerca de Puno.
El Inca Uyo palabra en aymara que significa miembro viril del Inca, es un pequeño templo rodeado de falos de piedra elaborado para curar la esterilidad de las mujeres con un mágico ritual. Hay mas de 80 falos en su interior algunos maltrechos o mutilados y otros, como el de la foto. En la entrada al templo hay dos miembros viriles masculinos como protección. Pagamos 4 soles por la entrada, como nacionales peruanos gracias a la gentileza de la encargada que nos identificó como peruanos de corazón.
Chucuito está a 18 kilómetros al sur de Puno con 3875 msnm y a orillas de el lago Titicaca. Entre sus atracciones está el templo de la fertilidad, plaza de armas, iglesia de la Asunción, iglesia de Santa Domingo, la cruz de la santa inquisición y las caras del inca que están sobre la carretera.
Continuamos nuestra ruta hasta Juli llamada ” la pequeña Roma” pero no sabíamos el por qué. Este pequeño pueblo está en la orilla occidental del lago Titicaca a 3884 msnm. Sus atractivos arquitectónicos son sus iglesias, todas con el nombre de las iglesias de Roma. Está el templo de san Pedro mártir, templo de San Pedro, mandado a construir por los Dominicos y terminado por los Jesuitas. Está construida en piedra de granito blanco en forma de cruz andina. Luego caminamos hasta el templo museo san Juan Bautista de Letrán, al templo museo de nuestra señora de la Asunción, conocida como Santa María la mayor, el templo de la Santa Cruz que está en remodelación, también llamado como san Idelfonso y fue el único templo comenzado y terminado por los jesuitas. Hoy el Lunes, de modo que todos estaban cerrados al público, por lo que decidimos seguir nuestro camino. Nuestro álbum de estos sitios, en Flickr a continuación
Continuamos nuestro camino a Pomata que está a la orilla sur oeste de el lago Titicaca y es conocida como el ” balcón filosófico del altiplano”. Lo más destacado allí es el templo de Santiago Apóstol, elaborado en piedra Rojiza y estilo mestizo, su entrada pagamos PEN 10 p.p. y en su interior hay una gran muestra de pintura cusqueña.
Aprovechamos para comer la muy recomendada trucha que estaba deliciosa. Tomamos de nuevo la ruta sobre el altiplano, recorriendo los últimos kilómetros de lo que es nuestro paso por estas tierras peruanas que nos estimuló la imaginación y nos revivió la capacidad de asombro que se había quedado enredada en la cotidianidad del diario vivir.
Hacia Desaguadero ya vemos los avisos que muestran nuestro siguiente destino: Bolivia. Al llegar luego de recorrer 170 kilómetros y pagar un peaje de PEN 6,70 encontramos un pequeño pueblo muy desordenado, sucio y poco vistoso. Es el punto donde el lago Titicaca resume sus aguas formando un pequeño río (que de paso da el nombre al sitio) sobre el que hay un puente binacional tendido entre dos puestos fronterizos con un activo intercambio comercial.
Decidimos pasar la noche y aprovechamos las últimas horas de la tarde para asegurarnos de tener listos los documentos para nuestro cruce de fronteras. Averiguamos en el lado peruano y boliviano donde nos informaron que todo se puede hacer al día siguiente y aprovechamos para realizar el registro por internet para Bolivia, un trámite sencillo y en línea para el ingreso de la negrita. También revisamos el cambio de soles a bolivianos y nos alojamos en el hotel, porque dicho sea de paso, Desaguadero no luce segura con la oscuridad que está llegando.
Al día siguiente, iniciamos los trámites que son los siguientes: realizar la salida del vehículo del Perú que es entregar el documento que nos dieron en la frontera de Tumbes (no lo puedes perder) y luego, realizar la emigración. Es un caos dejar el vehículo porque el sitio está inundado de vendedores ambulantes, buses y peatones así que a tener paciencia y buscar un sitio donde puedas. Recomendamos que el cambio de Soles lo hagas en el lado Peruano y existen muchas “casas de cambio” improvisadas sobre la vía, en las que cambiamos a PEN 1 por BOL 2,14.
Con esos documentos pasas el puente al Desaguadero Boliviano.
Al “llegar” a Bolivia luego de atravesar el puente hay que pagar un peaje bastante simpático de BOL 5 porque se trata de una persona con un talonario que va recaudando los dineros y mas parece un avivato. Nos parqueamos como pudimos e ingresamos a realizar los trámites correspondientes.
Lo primero que se debe hacer es la inmigración a Bolivia. Se inicia en una pequeña oficina donde solicitan las vacunas contra la fiebre amarilla una fotocopia del certificado judicial y los pasaportes para entregarte la tarjeta que debes llenar para entregar dentro, porque la cola se hace en la calle en medio de ráfagas de viento helado, por lo que es indispensable estar muy bien abrigado. No sabemos si es coincidencia pero la cola era enorme y nos tomó casi 1:30 horas realizar este trámite y que al final nos dieron 90 días de permiso. Una recomendación es solicitar los 90 días porque de lo contrario te dan solo 30. Las instalaciones son viejas y con poco mantenimiento además del inmenso frío que allí hace.
Al salir nos dirigimos hacia la oficina que otorga el permiso del vehículo. Los requisitos son: tarjeta de propiedad del vehículo, documento de salida del vehículo del Perú, pasaporte del dueño del vehículo y las tarjetas de entrada a Bolivia. No exigen comprar el SOAT y ni se asoman a revisar el carro. Es un trámite más rápido y con nada de compliques.
Ten paciencia al tomar “la avenida” porque la vía está inundada de ventas, vendedores y peatones que al parecer tienen prelación sobre la vía y debes conducir al ritmo que ellos impongan.
Gracias Perú por estos casi tres meses de historia, paisajes, gastronomía, gente y recuerdos que llevaremos en nuestros corazones. Y a seguir en las rutas de Bolivia 🙂
Hasta la próxima.
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