38. Huacachina y la ruta del pisco
Al terminar nuestra visita al parque nacional Paracas, tomamos la ruta hacia el sur, con destino a Ica. Son 130 kilómetros y pagamos PEN 14 en peajes. La vía está en excelentes condiciones y seguimos atravesando el desierto de la costa pacífica. Uno de los atractivos, es realizar la ruta del Pisco.
En esa ruta muy fácil de encontrar, que además de turística, está bien señalizada, podemos conocer el proceso de elaboración de esta famosa bebida. Hicimos un recorrido guiado por esta bodega, donde nos mostraron el proceso de destilado de las uvas, hasta el producto final. Es un proceso bastante manual. En el valle de Pisco, rodeado por el desierto, habitó hace más de 2.000 años un grupo humano destacado por sus cerámicas. Una de ellas, eran los recipientes o ánforas en las que almacenaban bebidas, inclusive alcohólicas.
A estos recipientes, les llamaron Piskos y con el tiempo, esta bebida adquirió el nombre de su envase. Al final, tuvimos una agradable degustación de las diferentes variedades de Pisco, así como de sus preparaciones. La visita es gratis.
Nos dirigimos hacia Tacama, una bodega de gran prestigio, pues se elaboran unos de los mejores piscos y vinos del Perú. Es una bodega preciosa, dentro de una hacienda de color rosa, con viñedos que la rodean y bellamente adornada.
Hay diferentes tipos de tour, desde los más caros que ofrecen ingreso a sus bodegas, catas de vino y cena, hasta las gratuitas, que duran casi una hora e incluyen una degustación de sus productos.
Durante esa hora pudimos apreciar una empresa tecnificada y con altos estándares de calidad. Es un lugar muy rico en historia. Es el primer viñedo en el Perú y el más antiguo de América, con vid proveniente de las Islas Canarias. Un video al inicio del recorrido, nos muestra la historia del sitio; no te la pierdas. Al final, la degustación de algunos de sus productos. Además del recorrido, las instalaciones y los alrededores, son de lo mejor. Una hacienda muy bella, donde cada detalle es tenido en cuenta. Una visita muy recomendada.
Nuestro destino final, Huacachina. Pasamos por Ica, una ciudad grande y congestionada que nos gustó muy poco. Al llegar, contratamos un hotel y de inmediato, nos fuimos a hacer los tubulares (buggies), hacer sandboard y apreciar el atardecer. Un consejo: siempre es mejor realizar este recorrido a las 4 de la tarde, aunque la adrenalina se siente a cualquier hora. Pero vivir el atardecer desde esa dunas de arena enormes, bien vale la pena.
Pagamos PEN 40 p.p. y PEN 4 por “impuesto de uso de arena”. De todos los impuestos que hemos visto, este se gana el premio al más original. El circuito dura 2 horas y les confesamos que fue sencillamente espectacular. Aunque hemos estado en desiertos, esta actividad en los buggies era nueva y la sensación de estar en una montaña rusa, nos encantó. Están preparados para tomar el punto más alto de la duna. Desaceleran un poco y toman la bajada a gran velocidad. Además de la diversión, el paisaje es muy bello.
La diversión incluye el sandboard, que consiste en lanzarse en tablas hacía la sima de las dunas. Y aunque la invasión de arena no respeta y se mete en todos lados, es una actividad encantadora. Imperdible. Casi que para repetirla.
Y si lo anterior, divertido, escénico y emocionante nos pareció de lo mejor, ver la puesta de sol, es una experiencia digan de vivir. Tal vez sea la inmensa soledad, con toneladas de arena o ver pasar el azul a un amarillo rojizo intenso lo que aviva el sentimiento o simplemente, la suma de todo lo que significa tener un día lleno de colores.
Reunimos nuestras mejores fotos de este sitio en Flickr. Si te gustan, compártelas y si te gustan mucho, ¡suscríbete! 🙂
Y al final del recorrido, la foto del recuerdo del oasis. Tienen tan bien planeada esta actividad, que le damos un 5 como nota final. ¡Excelente!
Al llegar a nuestro hotel, un buen baño para sacarnos la arena y después a recorrer Huacachina, que es muy pequeña. Es un oasis ubicado a 5 kilómetros de Ica, en medio del desierto costero del pacífico y sus aguas, color verde esmeralda, surgieron debido al afloramiento de corrientes subterráneas que mantienen abundante vegetación, compuesta principalmente por palmeras y eucaliptos.
La leyenda de huacachina, cuenta que “cerca de este lugar vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca China(la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón. La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez.
Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella. La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.”
Y ahora, a seguir nuestros pasos por estas rutas que nos permiten la posibilidad de seguir disfrutando una de nuestras mejores experiencias. Gracias a Dios.
Hasta la próxima.
8 Read More