64. Recorriendo la II región: Calama, Antofagasta y alrededores.
Tras cinco días tan agradables, salimos hacia Calama y conocida como la puerta de entrada al desierto. Nos alojamos en un camping dentro de la ciudad, de una pareja chilena, en la que pasamos dos noches.
Calama es capital de la provincia de Loa en la segunda región de Antofagasta. Su población trabaja en su mayoría en la minería y los servicios para estas empresas lo que la hace costosa en razón a los buenos salarios que ofrece ese sector. Aquí esta la mina Chuquicamata, la más grande de la región y una de las mas grandes del mundo. Calama es una de las comunas que más recursos generan a partir de la minería de el cobre y también es un pilar económico de Chile.
Uno de los atractivos es la catedral de San Juan Bautista construida a principios del siglo XX y reformada en el siglo XXI con planchas de cobre en su techo y cúpula.
No es un destino turístico y aprovechamos este par de días para visitar los comercios y hacer un lavado profundo de la negrita y lograr al fin, tener señal en nuestros celulares luego del registro por la web. A medida que pasan los kilómetros, mejor entendemos que lo más importante en nuestras vidas es comprender que es mucho más importante vivir cada día plenamente, que acumular bienes materiales.
Dejamos Calama con rumbo a Antofagasta. Son tan solo 220 kilómetros por una buena vía aunque a veces monótona por tanto desierto. Pasamos por varias salitreras y ex-salitreras que apenas se alzaban como pueblos fantasmas y muchas, muchísimas minas a cielo abierto que existen en esta zona. Cruzamos también la línea que anuncia el trópico de Capricornio. Pasamos por Sierra Gorda , seguimos a Carmen Alto donde la ruta se convierte en autopistas de doble carril hasta Antofagasta donde teníamos reservado nuestro hotel por AirBnB siendo recibidos muy amablemente por sus dueños, acomodamos nuestras cosas y salimos a recorrer la capital de la segunda región que lleva su mismo nombre. Apodada como la perla del norte, su principal actividad industrial está ligada a la minería y es una de las ciudades más costosas de Chile. Antofa como la llaman los chilenos, acoge muchas colectividades latinoamericanas, especialmente colombiana.
Su plaza principal Emilio Sotomayor tiene la torre Colón y su catedral que se erigen como símbolos de esta ciudad de unos 400 mil habitantes, la quinta más poblada de Chile. Su casco histórico se caracteriza por viejos edificios que rememoran antiguas épocas del salitre y que van cediendo espacio a las modernas construcciones.
Visitamos su enorme malecón o avenida costanera con una gran cantidad de playas, algunas artificiales como la playa paraíso y otras como el trocadero, huascar y la rinconada.
Para finalizar, nos dirigimos hasta el monumento nacional La Portada ubicada a 18 kilómetros de la ciudad. Es la fotografía típica imperdible en la zona y se trata de un accidente geográfico de rocas volcánicas y fósiles con un gran acantilado rodeado por un arco.
De regreso visitamos el monumento lítico al trópico de Capricornio. Mas tarde en la plaza, nos saludaron muchos colombianos que se tomaron fotos con la negrita y con nosotros. Gente buena y amigable, como la vendedora de mote con huesillo, una compatriota que nos ofreció un delicioso vaso de esta típica bebida chilena y con la que conversamos un buen rato. Claro, también han llegado los que trabajan en comercio ilegal y drogas, lo que hace que en ocasiones no sea una colonia bien querida en algunos sectores de la sociedad. Aprovechamos para visitar al final de la tarde el centro comercial y apreciar la ciudad y el atardecer.
Duramos un par de horas y al llegar al parqueadero nos dimos cuenta que habían roto nuestra maleta de techo, con tan buena suerte que no alcanzaron a robar el contenido debido a la solidaridad y los vigilantes de la zona. Eso sí, fue necesario reponer la maleta por una nueva, que compramos en Home Center de inmediato. Cosas que pasan, pero como dice un proverbio oriental: si se arregla con dinero, no es problema. Y lo compartimos plenamente.
Otro sitio turístico imperdible, es la mano del desierto a 75 kilómetros de la ciudad.
Se trata de la escultura del artista chileno Mario Irrarazábal, de unos 12 metros de altura. Ha generado varias leyendas entorno a su real significado, sin embargo el artista expresó: “Me gusta que se generen relatos. Yo sólo quise construir una pausa poética en medio del desierto”
Antofa se puede conocer bien en dos días y no es un destino que nos atrajera demasiado. Sus playas aunque agradables, tienen para nosotros el inconveniente del agua helada y admiramos a los valientes que se zambullen con cara de felicidad. Por lo demás, nos agradó compartir con la colonia colombiana con la que disfrutamos un evento cultural en su plaza principal.
Desde Antofa tomamos rumbo norte hacia la playa de Hornitos por la autopista 5 que atraviesa todo Chile. Pagamos CLP 1.050 en peajes.
Hornitos es uno de los balnearios turísticos de la región con una enorme playa de arena casi blanca donde está la caleta hornitos. Al entrar por su estrecha y alargada vía llena de casas playeras daba la impresión de un pueblo fantasma. Con un clima desértico y un viento helado ni siquiera intentamos bañarnos en el mar. Solo existe una calle que cruza la playa desde la entrada sur hasta el norte. Es una playa muy linda aunque su afamada condición de balneario contrasta con su carencia de servicios básicos, es decir agua potable y energía eléctrica, cosa que verificamos en la única tienda abierta, sus dueños unos chilenos muy agradables nos indicaron cuál era el sitio para acampar aunque realmente no nos llamó mucho la atención. Así que decidimos buscar otro sitio y nos fuimos recorriendo sus playas pasando por punta Itata, Chacaya, Playa Grande hasta llegar a Mejillones.
Su bahía se abre desde punta Argamos hasta Chacaya. El pueblo está bien trazado y cuenta con una amplia gama de edificios históricos con marcada influencia europea, reflejo de el pasado ferrocarrilero. El edificio de la capitanía de el puerto se ha transformado en uno de los iconos de esta ciudad, nos gusto y nos impactó que algunas de sus calles tienen ambientación de todos los personajes caricaturescos del famoso Condorito.
Allí tomamos el almuerzo y visitamos el punto de información turística. Al llegar a la negrita nos dimos cuenta que nuestro bidón de gasolina había sido robado. Bueno, habrá que tomar algunas medidas adicionales para nuestra seguridad, aunque esto no pasa de de una anécdota aburrida y sin consecuencias.
La encargada de información nos animó a acampar en punta rieles, que es la playa que queda dentro del parque nacional Cerro Moreno. Las opciones hoteleras en mejillones no son buenas y mucho menos baratas. Así que de está manera empieza nuestra aventura de camping libre en Chile, una opción que teníamos clara por nuestra lecturas sobre este país, usada por muchos viajeros que van por las rutas de un país tranquilo y seguro como Chile. Y la reflexión va a que si existen robos menores, como hemos sido testigos, pero sin violencia que es una enorme diferencia con otros países de nuestra América del Sur.
El camino es totalmente asfaltado y visitamos el mirador de punta Angamos, sitio histórico y lugar de combate de el mismo nombre ocurrido durante la guerra de el Pacífico, en la que mejillones dejar de pertenecer a Bolivia para hacerse Chilena.
Muy cerca están las loberas y desde allí llegamos a punta rieles, una zona costera paradisíaca de arenas blancas y aguas transparentes. Por su riqueza en flora y fauna y su valor histórico fue declarado parque nacional en el 2010 bajo el nombre de PN Morro Moreno y es reconocido como una de las principales zonas de nidificación del gaviotín Chico. Este parque es uno de los 36 comprometidos dentro de áreas silvestres protegidas de Chile.
Una vez escogido nuestro sitio armamos la carpa, pero con el viento tan fuerte decidimos desarmarla y dormir a bordo de la negrita. En este sitio pasamos dos días maravillosos en medio de una tranquilidad y unos paisajes que nos invitaron a la reflexión, esto amenizado por unos deliciosos almuerzos con sabor de hogar. Además sin electricidad ni internet, estamos incomunicados… Queremos decir estamos más comunicados que nunca nosotros como pareja.
Después de este delicioso descanso llegamos nuevamente a Antofagasta de paso hacia el sur. Hasta la próxima 🙂
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