45. El Valle Sagrado de los Incas III
Nuestra base ahora está en el pequeño y tranquilo pueblo de Calca, a unos pocos kilómetros de Pisac. Nos alojamos por AirBnB en la cabaña Huachuma Wasi, manejada por Sergey, un simpático ruso y su esposa peruana Mercedes. Una muy cómoda habitación con terraza, muy buen internet, cocina y muchísima tranquilidad y a un precio bastante favorable. Si quieres recibir u$25 como bienvenida, usa nuestro enlace picando en la pestaña AirbnB y nosotros recibiremos u$20. ¡Gracias!
Aquí estuvimos hospedados por dos semanas, entre visitas, descanso, relajación y actualización de nuestra web. Como complemento, el paro de profesores continuaba por todo el valle sagrado, de tal forma que estando “quietos”, no tendríamos ningún inconveniente. En este sitio estamos cumpliendo nuestros primeros seis meses de aventura en el que hemos avanzado por paisajes bellos y opuestos, como grandes nevados y extensos desiertos que despiertan nuestra admiración. Ya nos consideramos viajeros de tiempo completo y lo decimos con alegría. Una cosa es planearlo y otra bien diferente, es vivirlo. No todo es de color rosa y cuando sientas que el cansancio se ha instalado en tu cuerpo, obedece, es hora de descansar. La suerte que sigue siendo nuestra aliada, nos sigue favoreciendo y al llegar al hostal, nos permitieron tomar la habitación con balcón que se ve en la foto, que aunque con un precio superior, Sergey nos invitó a ocuparla.
El paisaje hacia la montaña, la tranquilidad, vivir en el valle sagrado, la comodidad y un buen internet se han unido para permitir que podamos avanzar en nuestras crónicas de una buena manera. Nos resulta simpático que el uso de este hostal, es principalmente recibir viajeros que vienen en busca de respuestas, usando la bebida que produce el cactus San Pedro (se ven en la foto) y que era usado ancestralmente para comunicarse con los dioses. Aunque tuvimos una sana curiosidad natural preferimos vivir cada día y apegarnos a nuestra espiritualidad para seguir encontrando las preguntas que nos plantea nuestro paso por este mundo y con ello, respuestas.
El temible ocio al que siempre ahuyentamos aparece en estos días y nos hace sentir extraños. La sensación de estar “sin movimiento” pareciera traducirse en estar perdiendo el tiempo, generando preguntas tontas que alejamos de inmediato. Es una pausa que permite reflexionar por estos nuevos 6 meses de vida nómada y contrastarlo con una vida cargada de responsabilidades, frustraciones y éxitos. Que bien se siente haber tomado la decisión más difícil de esta aventura, (dejar nuestras vidas y trabajos) para cambiar el tedio que ya producía una labor a la que amé profundamente por más de 25 años, por esta oportunidad que adoro: la magia de vivir cada día. Y un merecido descanso en la diaria labor de Martha en sus temas odontológicos.
Calca es reconocida por sus extraordinarios paisajes y ubicada a 50 kilómetros del Cusco que la convirtió en un cruce estratégico de rutas comerciales y en la actualidad es el centro de comercio de esta región. Presenta un clima cálido en el día y algo frío en la noche para nuestro gusto. Su gente es de impresionante calidez. Un lugar perfecto para relajarse y descansar. Precisamente, esta fue la razón para que Wiracocha, el octavo Inca eligiera, esta zona del valle sagrado para establecer su morada, pues ya viejo y cansado quiso alejarse del gobierno para buscar el sosiego y la tranquilidad que este maravilloso lugar le otorgó. Y en tiempo de la conquista, fue el cuartel del Manco Inca, albergando a sus huestes durante la rebelión.
Sergey visita con frecuencia su Hostal y curioso por nuestra actividad digital nos hace varias sugerencias, desde su experiencia como escritor que vende contenidos en Amazon, de su experiencia de vida en el valle sagrado. Una de ellas, volver a Calca y escribir un libro en formato digital de nuestra aventura, da vueltas en mi mente y seguro que me encantaría. Compartir la experiencia y las imágenes, además de motivar a los soñadores a vivir la intensidad que dan las buenas decisiones de la vida, seguro que es una tarea que tenemos por delante y un reto interesante porque además de carecer de la experiencia y las técnicas para acometer la escritura, supone un esfuerzo con un resultado que espero sea tan satisfactorio como la aventura misma. Y un poco de ingreso que contraste con solo gastos, también es una motivación para el próximo viaje largo, que desde ya estamos planeando.
Visita a Pisac y sus alrededores.
El Parque Arqueológico Nacional de Pisac, se sitúa en lo alto de un cerro desde donde se domina buena parte del Valle Sagrado. Antes de llegar, tomamos un desvio que nos conduciría a las lagunas de Kinsococha y Azuncocha que nos recomendó Pedro Pablo realizándonos un buen plano de la ruta.
Hay que ascender por una vía sin asfaltar unos 12 kilómetros, y al llegar al poblado de Quello Quello, nos enrutamos hacia la cima de la montaña. Las construcciones de barro son muy bonitas y lucen muy bien dentro del paraje natural que las rodea. La carretera es estrecha y con poco trafico, sin embargo hay que tener cuidado e ir atento para dar vía a los carros que en sentido contrario encontramos, en las pocas bermas que existen para ese fin.
Al llegar al cerro nos deleitarnos con una hermosa vista de la laguna Kinsococha, con sus mansas aguas duplican la belleza del sitio, comportándose como un espejo. Es un sitio absolutamente tranquilo, silencioso y pacifico. Frío también, así que hay que tener puesta una buena chaqueta.
Con una suave brisa fría, se nos fueron los minutos muy rápidamente. Una excelente recomendación para pasar un par de horas contemplando estas bellezas de nuestra América, a la que vamos recorriendo de a poco. ¡Que enormes y bellos son los Andes!
Cuesta abajo, pudimos observar camélidos y unos pocos habitantes que con sus coloridos vestidos, nos alegraron la ruta. Al llegar a la entrada de Pisac, hay un parqueadero habilitado para los buses y espacios para dejar a la negrita. Hay muchos, muchos vendedores de tejidos y recuerdos de la zona.
Pisac: nuevamente hicimos uso de el boleto turístico. Esta ciudadela se erige en la cima de una colina por encima de el pueblo y es un sitio alucinante. Esta estructura no sólo custodia el valle sagrado sino que sirve de paso para la selva y el noreste. Que grandeza y perfección estamos encontrando.
Pisac está constituido por agrupamientos de restos arqueológicos entre los cuales destacan andenes, acueductos, caminos asociados a murallas y portadas, cauces hídricos canalizados, cementerios, puentes, etc. La extensión que abarca es de 4 kilómetros cuadrados de superficie.
Hablan mucho más elocuentes son las imágenes que además, son nuestra forma de ver y vivir este sitio.

Su elemento más impresionante es el sistema de terrazas que se extiende por la montaña.
Hay unos veinte torreones en la ciudadela y son de dos tipos: unos para ser habitados y otros para labores de vigilancia. Los primeros, son de forma cónica y tienen canales de agua. Los segundos, tienen una estructura más sólida. El más importante en su ubicación es Qoriwayrachina.
En la cima y sobre las terrazas, está el barrio central de intiwatana. Tiene una mayor calidad arquitectónica, mayor belleza en sus muros y sus recintos son más grandes comparados con los demás barrios y según comprendimos en el museo de Coricancha, es de tipo imperial.
Tiene 3 niveles y el Intihuatana (en quechua Inti Watana, “reloj de sol”) es quizá el sector más importante del sitio. La perfección de sus muros es impresionante. La roca tallada tiene una orientación tal, que coincide casi perfectamente con la salida del sol en el solsticio de junio. En Machu Picchu se puede ver una muy similar.
Se supone que estas construcciones en piedra, pudieron haber servido para realizar observaciones astronómicas. Es una buena caminata sobre caminos bien definidos, con ascensos y descensos pronunciados, aunque es de fácil recorrido.
Barrio de K’allaQ’asa es el mayor de los barrios de la ciudad inca de Pisac, construido en la cima de la montaña la mayor altitud de todos los recintos, sus recintos se desplazan sobre un plano inclinado en forma descendente hacia el Norte. Tiene muchos aposentos, cuestas empinadas, torreones, un corto túnel de 3 metros de longitud, tiene en sus costados impresionantes barrancos.
También está el Barrio de Pisaq’a, el Barrio de QanchisRaqay y se puede apreciar el cementerio inca, en una montaña frente al sendero inicial, donde es notorio el daño realizado por los saqueadores de la zona.
Es una visita de entre 3 y 4 horas, dependiendo de la cantidad de sitios que quieras visitar, que no dejan de sorprender por su gran utilidad en la producción de alimentos, su extensión y su imponencia. Se cree que Písac fue una especie de “hacienda real” del inca Pachacútec y, por lo tanto, “pertenecía” a su panaca o grupo de parentesco. El nombre de Písac viene, probablemente, del quechua pisaq, “perdiz”, gallinácea abundante en la zona. En este recorrido no contratamos guía y lo hicimos por cuenta propia, lento y aprovechando la oportunidad de estar viviendo esta experiencia.
Una visita imperdible en el valle sagrado de los incas, que recomendamos hacer junto con la visita a las lagunas. Al bajar al Pisac pueblo, encontramos abundante comercio, restaurantes y hoteles, así como oferta de transporte hacia los pueblos del valle sagrado.
Hemos seleccionado las mejores fotos de este sitio, en nuestra página en Flickr, que puedes ver a continuación.
En Pisac pueblo, celebran hoy las fiestas de la virgen del Carmen, con un despliegue de colores, música, danzas y sus anexos. La suerte del viajero, poder compartir esta celebración tan especial en un sitio como estos.
Y para cerrar, encontramos a uno de los viajeros mas populares en el ciber espacio. Paco Nadal quien ha generado amplios contenidos en su blog de viajes de El País de España y al que “estudiamos” meses antes en la preparación de nuestra aventura.
Y claro que aprovechamos para tener una foto de recuerdo con este personaje.
Que día más completo y agradable.
Salineras de Maras
Maras fue un poblado importante durante el virreinato (fue el principal abastecedor de sal de la sierra meridional), así lo demuestran la iglesia y las casonas que aún conservan los escudos de nobleza indígena en sus fachadas. Es un pequeño pueblo que en su plaza de armas existe un monumento con un conjunto dé estatuas representando a una pareja de campesinos y un caballo y en su pedestal contiene los principales atractivos turísticos de la comunidad como son las ruinas de Moray, el santuario de Tiobamba, y las salineras de maras.
Son minas de sal cuya explotación es tan antigua como el Tahuantinsuyo. Ubicada en la ladera del cerro, la salinera en forma de terrazas o andenes, es atravesada por un riachuelo que nutre de agua salada las pozas. El uso de la Sal de Maras data de miles de años y se hereda en cada familia, pero se maneja en forma comunal. Hay que pagar a la entrada PEN 10 p.p. ya que no está incluida en el boleto turístico.
El nombre de la salina en quechua es kachi Raqay y está compuesto por unas cinco mil pozas de unos 5 metros cuadrados cada uno, el agua se filtra en las pozas y se evapora por acción del intenso sol, haciendo que broten los cristales de sal gruesa, Luego de 1 mes la sal alcanza los 10 cm. de altura y tiene que cosecharse. Es una bonita experiencia y vale mucho la pena esta visita.
Centro arqueológico de Moray
Descubierto en 1932, tiene impresionantes andenes circulares que se presume fueron usados como laboratorio agrícola de los Incas.
Según el antropólogo John Earls Moray fue un laboratorio agrícola construido por los incas para recrear una serie de microclimas en donde sembrar una gran variedad de cultivos mejorados de manera experimental.
La temperatura del suelo de cada andén determino que los incas lograran desarrollar unas veinte zonas ecológicas en miniatura donde producir granos como la quinua y la kiwicha, así como la calabaza y zapallo y claro múltiples variedades de papa, así como para la hoja de coca. Este recorrido lo hicimos también por cuenta propia y pudimos recorrerlo tan lento como quisimos y de vez en cuando, escuchamos las historias de algunos guías. Lo que hacemos es leer antes, mirar ahora y sonreír contándolo. 🙂
Santuario de Tiobamba
Es una iglesia colonial hecha de piedra, con arquitectura típica religiosa y que sobresale en su fachada un lindo balcón azul, no pudimos apreciar su interior estaba cerrada. La encontramos saliendo del pueblito.
Chincheros
La población más típica del Valle Sagrado de los Incas, es una ciudad netamente incaica que los conquistadores quisieron “civilizar” para implantar su cultura, pero nunca lo lograron totalmente. Sus pobladores habitan las construcciones incaicas casi intactas, en el mismo lugar donde sus lejanos antepasados vivieron y formaron la civilización más grande y próspera de América.
Conservan sus costumbres y es común oírlos hablar en Quechua. Fuimos directo a su plaza principal que presenta un gran muro inca decorado con 10 nichos trapezoidales en perfecto estado, también visualizamos su iglesia colonial que posee altares barrocos recubiertos en pan de oro y muchas pinturas murales incluyendo el techo.
Este templo fue declarado patrimonio cultural de la nación y también como monumento histórico artístico en 1972. Sobre el Palacio de Tupac Yupanqui los españoles levantaron la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat en 1607, con la finalidad de representar su sometimiento de forma simbólica. Su Altar mayor tallado en pan de oro y estilo barroco está dedicado a la Virgen de la Natividad. Sus paredes están decoradas con obras de Diego Quispe Tito el máximo representante de la escuela cusqueña. No está permitido tomar fotografías, pero el guardia que está atento dentro del recinto te sugiere que a cambio de PEN 5 podrías tener un buen recuerdo. Y bueno, el mundo está lleno de personas con iniciativa.
Disfruta de nuestra selección de fotografías de estos sitios en nuestra página de Flickr, en el siguiente enlace:
Y con estas visitas hemos adquirido una muy buena idea del valle sagrado de los Incas que con su demostración de grandeza y planeación. Tiene la particularidad de involucrarte dentro de una imaginaria película que te va llevando por los pasos de la historia y que nos anima a profundizar con lectura que nos aproximen aún más a su cultura, forma de vida y creencias. En verdad, desde el norte de Perú nos “empeliculamos” y con nuestras visitas al valle sagrado por 24 días, estamos cerrando uno de los capítulos más especiales de esta aventura.
Ahora estamos con un buen descanso y deseosos de seguir la ruta que nos llevará a nuevas tierras por descubrir. Muchas gracias a nuestros amigos por las continuas manifestaciones en nuestro correo y redes sociales y apreciamos que sigan nuestras crónicas. Hemos respondido la mayoría de preguntas, aunque en ocasiones no lo hemos podido hacer y extendemos nuestras disculpas.
Hasta la próxima.
6 Read More