30. Cruce de fronteras Ecuador – Perú.
Iniciamos nuestro viaje muy temprano desde Zaruma, para tener suficiente tiempo para resolver cualquier demora en la frontera. La vía entre Zaruma y Machala está en excelentes condiciones y no se paga ningún peaje. Pasamos por Arenillas, Zurumilla y Huaquillas, llegando a la frontera.
Una vez llegamos al CEBAF, que es el centro binacional de atención fronterizo, conformado por 2 edificaciones gemelas, una en cada país. Está destinado a facilitar los servicios de aduana y emigración.
En el primero, se realiza el control de salida del vehículo, en el que se entrega el permiso que nos había sido expedido en la frontera Ecuador Colombia. Es muy importante que no las pierdas. Aquí legalizamos la salida de nuestro vehículo , realizan su control en una terminal de computador, nos lo devuelven sellado, como constancia. No revisan el carro.
En el segundo edificio, realizamos los trámites de emigración del Ecuador, donde colocan los sellos en el pasaporte y legalizamos nuestra salida. Justo al lado, están las oficinas de Perú, donde legalizamos la entrada a ese país. Son trámites muy sencillos y seguimos usando nuestros pasaportes, aunque puedes presentar la cédula y obtener la tarjeta andina. Finalmente y después de algunas preguntas, nos dieron un permiso por 180 días.
En otro módulo, a pocos metros, se realiza la importación temporal del carro hacia Perú. Hay presentar la tarjeta de propiedad, permiso sellado que habíamos obtenido en Ecuador y las licencias de conducción. Es obligatorio comprar el SOAT, que lo venden en un escritorio que está a pocos metros de los funcionarios de Perú. Para tres meses, pagamos u$22. No pueden dar más de tres meses y para renovarlo, hay que salir por alguna frontera y al entrar, serán otros 3 meses, pero hay que salir. Tampoco revisan el carro para nada.
Estos trámites nos tomaron alrededor de 2 horas, son bastante sencillos y la atención es buena. Las instalaciones, de lo mejor. Sobra decir que todos los trámites son gratuitos.
Iniciamos la marcha y ya estamos en territorio Peruano.
Tomamos rumbo a Tumbes, a una distancia de unos 30 kilómetros. Es la ciudad más al norte del Perú, situada todavía en el golfo de Guayaquil. La sensación al cruzar la frontera y dejar Ecuador, contrasta con el mal estado de las vías en Perú y generan una sensación de gran desorden. Cruzamos el río Tumbes, que nace en Zaruma, Ecuador y desemboca en el mar pacifico.
Fuimos a la plaza de armas. Allí está ubicada su catedral en honor a San Nicolás de Tolentino, el palacio municipal y la biblioteca. Lo mas destacable, es la concha acústica, con motivos históricos de la localidad. Hicimos un retiro en moneda local, que resultó en exceso caro: solo permiten retirar PEN 400 y el costo es PEN 18, es decir un 4,5%. Bueno, era el BBVA, que se caracteriza por esas maniobras.
En esa corta caminata, atravesamos el paseo de Jerusalén, cuyo monumento esta compuesto por una escultura grande de Crisito Resucitado. Nuestro destino final, la popular playa Zorritos, llegando a nuestro eco hostal grillo tres puntas. Nos ubicamos y tomamos un almuerzo muy rico, una fritada de mariscos con unas buenas cervezas.
Es impresionante la gran cantidad de zancudos que hay, tal vez, debido a la pasada temporada de lluvias. Tuvimos un atardecer muy bello y lo disfrutamos al son de unas cervezas.
En resumen, desde Zaruma, Ecuador, hasta Zorritos en Perú, recorrimos 169 kilómetros, y no pagamos ningún peaje.
Pensamos en quedarnos unos días, pero los zancudos nos expulsaron, de modo que tomamos rumbo hacia Piura. Se atraviesan desiertos, valles y montañas. La vía está en pésimas condiciones, debido al fenómeno del niño, producido días atrás. De Tumbes a Máncora, es recto, con buenas vistas al mar. Seguimos directo hacia El Alto, un desierto interminable y caluroso. Luego la carretera se adentra un poco, cambia la vegetación, observando valles y montañas, hasta Marcavelica y Sullana. Desde allí, la carretera (pista en el lenguaje peruano) se convierte en doble carril, aunque muy congestionada por los mototaxis. Recorrimos 281 kilómetros y pagamos un peaje de PEN 7,70.
Piura es una ciudad grande, de unos 400.000 habitantes y polvorienta. Fue una de las mas afectadas por el fenómeno del niño y su río, creció tanto que salió de su cauce ocasionando estragos en las vías y en las casas. Nuestro destino es un camping que ubicamos con iOverlander (http://ioverlander.com/) y al llegar, conocimos al dueño, Gonzalo y luego nos instalamos. La vista es muy agradable y el sitio muy tranquilo, aunque un poco descuidado, en especial el baño, no tiene cocina compartida y está alejado de la ciudad, que por un precio de PEN 30, pues no tiene una buena relación costo/beneficio.
El amanecer fue lindo, con el sonido de los pájaros. Tomamos a Piura como base para realizar arreglos al carro.
Así que fuimos a realizar el cambio de aceite, que nos costó PEN 160 y lavado de ropas por PEN 50. También reparamos el tubo de escape que se había roto en el recorrido por la ruta del Espondylus, realizando soldaduras por un valor de PEN 40.
En estas labores, gastamos 3 días y conocimos la ciudad, que sin mayores atractivos, nos permite recomendar solo dormir y seguir hacia un nuevo destino.
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Aprovechamos para planear los siguientes recorridos de acuerdo con nuestras rutas y el siguiente, la ciudad de Chachapoyas, la capital del departamento de Amazonas y actualizar nuestros archivos digitales, la información bancaria y los presupuestos. Quien dijo que viajar es solo diversión. Y no siempre serán paisajes de ensueño. Eso es parte de la aventura.
Hasta la próxima. 🙂
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