16. Llegada a Ecuador por el CEBAF: cruce de fronteras
Nos alistamos para emprender nuestro recorrido desde San Agustín hacia Nueva Loja, en Ecuador. Realizamos la entrevista a don Gerardo, quien nos hospedó en su hotel una noche, a cambio de una reseña, que con toda seguridad, resultará muy ilustrativa y que hemos publicado en nuestro video de San Agustín. La carretera está en buenas condiciones y atravesamos el cerro el cable, con 2.250 metros de altura, que es la frontera del Huila, con la bota Caucana, hasta llegar al Putumayo. Era nuestra primera vez por estas tierras llenas de vida y color. Recordamos entonces, lo difícil que ha debido ser para sus habitantes los años anteriores, con la violencia y su trágica historia de guerra, que ojalá termine. Luego de un largo descenso, llegamos a Mocoa, capital del departamento. Un dato útil, es que desde Pitalito hasta Mocoa, no se consigue gasolina, La primera estación de servicio, está a 7 kilómetros antes de llegar a Mocoa, por lo que es importante ir con el tanque lleno.
Visitamos Mocoa, en una tarde lluviosa, conocimos su iglesia y continuamos el camino. Fue una visita muy breve, en parte, porque queríamos dormir en Ecuador, atravesando la frontera y ésta ciudad, no ofrecía atractivos como para demorar la visita. Las carreteras, aunque están con trabajos continuos, tienen tramos sin asfaltar, en muy mal estado, lo que impide que el tiempo de recorrido sea corto, a pesar de su escaso kilometraje.
Nos desviamos hasta Puerto Asís, donde almorzamos muy bien, con 20.000 pesos y seguimos rumbo a la Hormiga, un pueblo pequeño y parecido a los pueblos de la costa colombiana. Ya eran las 4 de la tarde y decidimos hacer el paso de fronteras, a donde llegamos casi a las 5 de la tarde al Puente Internacional de San Miguel y Centro Binacional de atención en frontera (CEBAF) que está del lado ecuatoriano, el cual tiene una infraestructura bastante completa y se distingue porque en un mismo lugar físico se encuentran autoridades aduaneras, migratorias y sanitarias de Ecuador y Colombia, permitiendo que los trámites fronterizos sean más fáciles y rápidos de realizar.
Recomendaciones: mucho habíamos leído acerca de la tarjeta de aduanas, porque hacía muy fácil la importación temporal de nuestro carro. Decidimos no sacarla, primero por sus costos, además que tiene vigencia de un año y nuestro viaje es más largo. Además, luego de hablar con viajeros que han hecho rutas similares, nos confirmaron que era una pérdida de tiempo y dinero. Y en realidad, nos resultó bastante sencillo, tanto la importación temporal, como el ingreso a territorio ecuatoriano con nuestro pasaporte. (Nos encantan los sellos!). Nos dieron permiso por 90 días, que es el máximo que otorgan y los escriben dentro del sello del pasaporte. No es indispensable tener el pasaporte: pueden presentar la cédula o DNI para residentes en América del Sur, con lo cual, otorgan la tarjeta andina, que tiene igual validez que la primera. Respecto a los documentos del carro, nos solicitaron: tarjeta de propiedad, certificado de revisión técnico-mecánica (vigente). No revisan el SOAT de Colombia. Y la revisión del carro, se limitó a verlo desde la puerta del CEBAF, sin revisar en absoluto su interior. Una buena noticia para nuestras finanzas, es que en Ecuador, no es necesario el SOAT. Que bien! Según nos aseguraron más tarde, el gobierno determinó que obligar el pago de estos seguros, sólo contribuían a enriquecer a grandes compañías. Que decir de esto? Podríamos estar de acuerdo en parte con esa afirmación. Por ahora, a seguir ahorrando,
Respecto a la licencia internacional, decidimos no sacarla. Y hasta el momento, con nuestra licencia colombiana, ha sido suficiente. Seguimos hacia Nueva Loja, pasando por General Farfán. Del puente hasta allí, es como una hora. Nos alojamos en el hotel El Marqués Amazónico por 25 dólares la noche. Recomendamos llegar con tiempo al sitio de destino, para tener la posibilidad de seleccionar, tanto los sitios, como los costos. Nosotros llegamos sobre las 6 de la tarde, lo que no nos daba tiempo de hacer una selección óptima, aunque esta vez, contamos con suerte.

Frontera Ecuador
Al día siguiente, nos fuimos a conocer Nueva Loja. Es la capital de la provinicia de Sucumbíos, ubicada en la selva amazónica. Es la más poblada de toda la región amazónica. Es la capital petrolera del Ecuador.
Recorrimos el parque principal, con su iglesia redonda. Pasamos por el parque Simon Bolivar, el parque de la Madre y seguimos rumbo a Papallacta.
Distancia San Agustín a Nueva Loja: 393 kilómetros. No pagamos peajes. Estado de la carretera: muy regular, aunque están trabajando en la parte Colombiana. Luego de pasar a Ecuador, es completamente asfaltada hasta Papallacta. No pagamos peajes en Ecuador.
Aunque teníamos medio tanque de gasolina, lo que nos da entre 200 y 250 kilómetros, tuvimos problemas, porque a carros con matrícula colombiana, venden sólo 10 dólares de premuim, de modo que nos tocó regresar casi hasta la frontera, donde nos informaron que a partir de Lumbaquí, podríamos comprar sin restricciones. Decidimos seguir y tanqueamos sin problema.
Queríamos apreciar el volcán Reventador, pero estaba totalmente tapado. En ese condado, almorzamos, por 6 dólares los dos. El sitio, no ofrece más que la vista, cuando es posible, de modo que salimos de la provincia de Sucumbios a Napo, y llegamos a Quijos. Allí intentamos cambiar un billete de 100 dólares. Fuimos al banco Pichincha y BanEcuador y en ninguno fue posible. Es un problema tener billetes de 100, incluso de 50, siendo muy común, la circulación de billetes hasta de 20 dólares. Llegamos a Baeza, donde disfrutamos de un paisaje muy hermoso: las cascadas las tres marías. Baeza, está en el valle del río Quijos y se caracteriza por sus abundantes precipitaciones.

Cascadas en Baeza
Llegando a Papallacta, nos dirigimos al complejo Terjamanco. Teníamos la intención de acampar, pero era imposible por el clima y el sitio no tenía las mínimas condiciones para hacerlo. Así que negociamos la noche a 25 dólares y nos alojamos por cuatro noches. Al igual que en Colombia, los sitios que ofrecen acampada y parqueo para motor-homes, no tienen las instalaciones requeridas para hacer una estancia agradable y sólo son apropiados, cuando los propietarios, son extranjeros, que bien comprenden el significado de estos sitios. En al tarde, disfrutamos de los termales. Delicioso. Tuvimos la oportunidad de darnos un choque térmico: pasar del agua caliente al agua helada. Pero helada, es casi en cubos 🙂

Termales de Papallacta. Terjamanco.
Carretera de Nueva Loja a Papallacta, en muy buenas condiciones. Distancia: 245 kilómetros. Es una carretera andina, con muchas curvas. Completamente asfaltada. No se paga ningún peaje.
Al día siguiente, conocimos las termas de Papallacta: un sitio de primer orden, costoso. La noche, tiene un costo desde los 125 dólares. El cambio de país, de Colombia hacia Ecuador, trae como impacto negativo, los costos que resultan al cambiar pesos. Casi 3.000 pesos por 1 dólar! Es toda una sensación, además del sentimiento de estar alejados de nuestras costumbres y gente.

Termas de Papallacta
Ofrecen todos los servicios y es realmente muy agradable y bien conservado. Aquí, una reflexión: nuestro interés principal, es viajar y disfrutar de la naturaleza, recrearnos con los paisajes y vivir a gusto nuestras vidas, además de seguir fortaleciéndonos como pareja. Llevar una vida sencilla y feliz. Respecto a la economía, realizar ahorros en el hospedaje, que es el mayor gasto e invertir en entradas a museos y atracciones turísticas, estas, casi sin restricción alguna. Y hasta aquí, lo vamos haciendo bastante bien. Nos sentimos muy a gusto y ahora más que ayer, ratificamos que invertir más en experiencias, que en cosas, nos hace la vida más placentera y completa.
Recorrimos la pequeña localidad de Papallacta y almorzamos muy a gusto. Dos almuerzos por 8,50 dólares, no está nada mal. No ofrece mucho para ver, incluso en su pequeña iglesia, no ofrecen servicios religiosos, salvo los sábados en la tarde, aunque los lugareños no demuestran interés mayor en estos temas. Desde aquí, se envía gran parte del agua potable que se consume en Quito.

Pequeña iglesia en Papallacta.
Eso si, la vista de la laguna de Papallacta, que sin ser muy grande, ese contrate de verdes que ofrecen sus grande montañas y el esquivo volcán Antisana, imposible de ver por las condiciones climáticas, junto con el azul, relajan los sentidos.

Laguna de Papallacta
Hoy 19 de Febrero, es el cumpleaños de Martha, muy felicitada por mensajes y llamadas! Fuimos a comer trucha y celebramos con un whisky que teníamos reservado para una ocasión tan especial. Un día, por demás agradable, con las aguas termales, el afecto de la familia y amigos y el amor que nos une con cada día que pasa. Gracias a Dios por eso!
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Luego de estos cuatro días, continuamos nuestro camino hacia Quito. Hasta la próxima!
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