26. Cuenca: disfrutar de sus alrededores.
Nos tomamos un justo descanso de un día en Cuenca y aprovechamos para planear tres rutas: la ruta hasta el complejo arqueológico de Ingapirca, ubicado en la provincia de Cañar, Biblian y Azorgues y la ruta Paute-Gualaceo-Chordeleg-SigSig-Ruta de las guitarras y la tercera San Joaquín-Baños-Girón. Para cada ruta, un día.
Para Ingapirca la distancia desde Cuenca, son 74 kilómetros, por una buena vía y sin peajes. Aunque por esas cosas de nuestro GPS, entramos por la zona rural del pueblo de Ingapirca y aprovechamos para conocer sus fincas y paisajes, sobre una carretera sin asfaltar. Al llegar al pueblo, basta seguir unos pocos metros, a una curva de distancia y en una zona muy bien acondicionada con parqueadero, servicios sanitarios y locales que venden recuerdos, artesanías y refrescos. Para ingresar al complejo, hay que pagar u$5 p.p. y el parqueadero es gratuito. Un pequeño recorrido por las calles de la pequeña parroquia, en medio de su vida tranquila, nos permitió ver los trajes y su gente.

Indígenas de Ingapirca.
Luego de pagar el 50% del costo de las entradas, porque tenemos el carnet de estudiantes ISIC (ver información en entradas anteriores) nuestra guía formó un grupo de unas 15 personas para iniciar un recorrido, muy ilustrativo y agradable.
Ingapirca es el fruto de dos civilizaciones poderosas que supieron convivir en armonía. En primera instancia, fue la capital de los Cañari, una cultura caracterizada por sus brillantes mercaderes y su disciplina militar. Tal era su fiereza que cuando Túpac Yupanqui, emperador Inca, avanzaba con su ejército hasta lo que hoy es Ecuador, no los pudo doblegar. Así, se vio obligado a la diplomacia, y una de sus hijas se casó con el cacique local. Lo que entonces era Hatun Cañar se convirtió en Ingapirca, el Muro del Inca. Fue templo y fortaleza, el principal asentamiento de los Incas en el Ecuador y otra evidencia de la supremacía del Imperio Tahuantinsuyo sobre innumerables culturas extranjeras.

Parte alta del templo del sol
Ingapirca significa “Pared del Inca” y está dividido en tres piezas o departamentos.
Castillo de Ingapirca

Templo del sol
Conocido como templo del sol, ubicado en lo alto de una colina, su construcción data de la época de Huayna Cápac. Conformado por aposentos, patios, bodegas y baños. Esta rodeado por muros de piedras que precisan el mayor acopio de datos arqueológicos. Es una de las más importantes muestras de la arquitectura Inca. Su posición sugiere un uso ceremonial que permitía identificar el nacimiento y el ocultamiento del sol.
El Adoratorio
Construido por los Cañaris en honor a la Luna, su principal Dios y es el centro del complejo arqueológico de Ingapirca. Su construcción es de forma elíptica y sus paredes tienen una elevación máxima de menos de cuatro metros.
Aposentos
Los aposentos estaban acondicionados para los sacerdotes y sus ritos, en adoración al Sol y a Luna, uno de los muros posee una gran cantidad de hornacinas.
Museo Arqueológico
En su interior se puede observar una maqueta explicativa de Ingapirca y una gran cantidad de cerámica perteneciente al periodo de integración. Las excavaciones realizadas en este sitio revelan presencia de las culturas Cañari e Inca. Además cuenta con una sala etnográfica donde se pueden encontrar elementos, como: utensilios, herramientas y vestimenta de los cañaris que además, los restos de la reina Cañari, es lo mas importante

Entrada al templo del sol en Ingapirca
Según las evidencias encontradas el complejo, todas las edificaciones tuvieron paredes de piedra cortada, completadas en su parte alta con adobe. Es fácil identificar, por el tipo de construcción, la cultura Cañaris, por el uso de la argamasa en la unión de las piedras y la cultura Inca, por la perfección en el corte.

El elipse o Templo en Ingapirca

Gran cancha y bodegas en Ingapirca
Esta entretenida e ilustrativa visita, que dura alrededor de una hora, se culmina con una caminata para conocer la cara del Inca. Una singular formación rocosa, que asemeja el rostro de un Inca y que podría no hacerse, aunque nosotros, por la simple curiosidad, lo realizamos. Existen dos rutas: una de una hora y otra de unos 20 minutos. Es cuestión de imaginación y pasarla bien, pero no es una visita indispensable.
Salimos de allí por el mismo camino para entrar a Biblián también en la provincia de Cáñar. Para destacar, el Santuario de la Virgen del Rocío, una iglesia parecida a un castillo construido en la colina que domina todo el pueblo. Dentro presenta el altar y los arcos neogóticos tallados todos en roca. Es una iglesia que nos impresionó, por su construcción y por la vista que le da a la población.

Biblián vista desde el santuario de la Virgen del Rocío.
Seguimos a Azogues, capital de la provincia de Cañar. Allí los más destacado es la iglesia de Nuestra Señora de las nubes, en el convento Franciscano.

Nuestra señora de la nube, iglesia de Azogues

Fachada iglesia de Azogues
Recorrimos sus callecitas y ya al finalizar la tarde, nos fuimos a Cuenca a descansar.
La segunda ruta, tomamos la autopista que conduce desde Cuenca hasta Azogues y desvía hasta Paute, un pueblo pequeño. Realmente no hay mucho que ver y luego de realizar una pequeña caminata y probar un rico helado de naranjilla (Lulo) seguimos nuestra ruta hacia Gualaceo, por una carretera en regular estado. Tuvimos que cruzar un puente bastante estrecho , que nos llevó al orquideario. Y de allí, entramos a Gualaceo.
Gualaceo se caracteriza por ofrecer artesanías, especialmente los tejidos ikat. Es de calles angostas y sus construcciones contrastan entre antiguas y modernas y al momento de nuestra visita, el parque estaba en remodelación.

Calles de Chordeleg
Seguimos por una carretera angosta y con un bonito paisaje, que nos condujo hasta Chordeleg, que ofrece cerámicas, bordados a mano y joyería, en especial la filigrana. En su plaza principal, existen mas de 100 joyerías donde se pueden apreciar una buena cantidad de artículos en oro y plata. También se pueden observar trabajos en paja toquilla. Es un centro artesanal de gran trascedencia a nivel regional y nacional y bien vale la pena la visita. Visitamos el museo de plata, que es una visita gratuita que apenas toma unos pocos minutos y está en el marco de la plaza principal.

Museo de plata de Chordeleg.
Seguimos a Sigsig, a unos 30 kilómetros de Chordeleg. En su entrada, pudimos observar una serie de arcos bien pintorescos y coloridos. Se ofrecen artículos en paja toquilla, productos elaborados en madera, instrumentos musicales como guitarras y charangos. Su iglesia matriz, en piedra, resulta muy agradable.
En su parque principal, está el monumento a los zanqueros de Tudul, realizado por el escultor Miguel Illescas. Recorrimos brevemente sus calles, su mercado central, muy organizado, donde comimos su típico hornado. No te lo pierdas!
De regreso Cuenca, tomamos la ruta de San Bartolomé, vía al valle y Santa Ana. Esta es la ruta de las guitarras.
En nuestra última ruta en las afueras, fue a Girón. Recorrimos 44 kilómetros, sin peajes. Es un Cantón que pertenece a Cuenca. Es un pueblo colonial bien organizado! En su iglesia, está el niño de Girón. Nos llamó la atención que no está ubicada en el parque principal, sino unas calles más abajo, con un parque vecino.
Diagonal a la entrada principal de la iglesia, está el monumento a todos inmigrantes del mundo.
A pocos metros, está el museo de la casa de los tratados, creado con el propósito de mantener latente las hazañas de los héroes, en el que se suscribió el Tratado de Paz y Límites entre Perú y la Gran Colombia el 28 de febrero de 1.829, luego de la victoriosa “Batalla del Portete de Tarqui”. Es tal vez la visita más representativa de esta población.

Museo Casa de los tratados en Giron
Otro atractivo de Girón, es El Chorro. Hay que tomar la vía a San Lorenzo y se paga un peaje de u$0,30. Son dos caídas de agua, una de ellas de 70 metros de altura, que está en un bosque muy bello y se accede por un camino en piedra, en el que se paga u$2 p.p.
Fue una mojada total, por la fuerza del viento en la caída de agua. Una buena aventura para un día de paseo por pueblos.
De regreso, aprovechamos para conocer el parque nacional Portete Tarqui, del que ya teníamos antecedentes en el museo de Girón.
Está en óptimas condiciones de conservación y está a la altura de monumentos de gran importancia. Hay unas vistas muy agradables de los alrededores.
De allí, no encaminamos hacia Baños, que da la impresión de ser un barrio de Cuenca. Está a tan solo 8 kilómetros. Se destaca por sus aguas termales y sus recursos minerales. En el centro, visitamos la iglesia de la Virgen de Guadalupe, que cuentan los lugareños, que su construcción es una réplica de la catedral nueva de Cuenca.

Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en baños
Recorrimos su plaza grande, con la torre del reloj y una escalinata que lleva al cerro de las tres cruces.
Al regresar a Cuenca, entramos a la Plazo Vado, donde tomamos una de esas fotos que llevaremos en nuestra memoria.

Plaza Vado en Cuenca
Al final del recorrido, pudimos despedirnos de nuestros guías de los museos de Cuenca días atrás.
Esta es una ciudad que por su belleza, por sus alrededores, por el buen trato de sus gentes y su gastronomía, seguro que no vamos a olvidar y de la que nos cuesta salir.
Ahora, nos alistamos para tomar rumbo a Guayaquil, capital de la provincia de Guayas y la perla del Ecuador, las islas Galápagos, que será nuestra próxima entrada.
Hasta la próxima!